Ser Kinky es todo un estilo de vida, no sólo es saber las mejores posiciones sexuales o cual tipo de ropa te sienta mejor para la intimidad, el erotismo y la sensualidad se proyectan en todo lo que nos rodea, es quienes somos. El lenguaje corporal refleja la situación sentimental por la cual atraviesa una pareja y ésta comienza desde la cama, en la habitación que ambos comparten para transgredir lo “permitido” en el amor y una forma de incentivar el deseo sutil y elegantemente es por medio de los colores.
La siguiente guía te servirá para que redecores tu habitación:
De acuerdo con un estudio realizado en Reino Unido, los resultados arrojaron que las parejas que viven en una habitación pintada de color morado aumentan su actividad sexual hasta 3%. No importa la tonalidad del morado, estas personas tienen relaciones sexuales todos los días.
La investigación sugiere que funciona igual de bien incluir objetos decorativos en color morado, como: la ropa de cama, cortinas e inclusive usar prendas íntimas de este color ayudan a aumentar el deseo sexual. En el terreno sexual llama a la fantasía, la imaginación y el erotismo.
Está asociado con pasión, energía, calor, aventura y optimismo. Este es conocido como un color vivaz y sociable. Habitaciones con uno o dos muros en este tono pueden ser ardientes, apasionados, sofisticados y cálidas, pero no hay que abusar de él, ya que puede provocar dolores de cabeza. Es una buena idea variar la intensidad del color rojo o sólo utilizarlo para los accesorios de tu habitación.
Es un tono que está muy asociado con el amor, la frescura, lo coqueto y, por supuesto, lo femenino. En épocas recientes se ha puesto de moda, y los decoradores de interiores te recomiendan que lo utilices en distintas tonalidades, desde el rosa más pastel hasta un coral tropical o un frambuesa juguetón para no saturar tus sentidos. Es un excelente color para las habitaciones, ya que si es un tono suave puede ser pacífico y calmado, pero si lo combinas con fucsia, tendrás más pasión en el cuarto.
Ha llegado el momento en que exteriorices tu sensualidad y erotismo, toma las riendas de tu intimidad y haz que la pasión sea la inquilina permanente de tu habitación.
¡Hazte Kinky!