¿Cómo terminar una cita de forma Kinky?

En esta época de Tinder y otras aplicaciones para ligar, cada vez es más común tener citas con gente que no conoces del todo bien para ver qué tal se llevan en persona y si existe la posibilidad de algo más. Independientemente de cómo haya ido la cita, a muchas personas les conflictúa la idea de cómo terminar la cita de forma apropiada; así que hoy te ayudaremos a que sepas cómo acabar tu cita de forma Kinky.

¿A qué nos referimos con terminar tu cita de forma Kinky? Recordemos que Ser Kinky está siempre ligado a la honestidad, la apertura y la empatía; por lo tanto se trata de poner en práctica estas habilidades con la otra persona a la hora de despedirse, independientemente de que haya o no una segunda cita.

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Cuando conoces a alguien en una primera cita, existen tres posibilidades: la primera, te das cuenta de que la persona no te interesa para una segunda cita, pero como no la estás pasando mal no te urge terminar la cita. La segunda, no la estás pasando bien, estás incómodo(a) y quieres irte de ahí cuanto antes. Y la tercera, la pasaste bien, la persona te gustó e interesó para algo más, así que quieres transmitir tu interés por otra cita. Repasemos una por una.

1.No quieres una segunda cita, pero estás a gusto

En este caso, te recomendamos que dejes fluir la conversación; piensa “la voy a pasar bien este rato y ya”. Luego, cuando sea hora de irse recuerda los siguientes consejos: insiste en pagar la mitad de la cuenta para dejar claro el “tú lo tuyo y yo lo mío”; evita el contacto físico, no beso ni abrazo, tiéndele la mano cordialmente y ya; esto comunicará inconscientemente que no te interesas en otro tipo de relación. 

Finalmente, sé amable y agradécele el tiempo (finalmente, no la pasaste mal), pero no hagas mención de una segunda cita. Si la otra persona propone verse nuevamente, entonces tienes dos opciones: la honestidad total (decirle que no sentiste conexión a otro nivel y no te interesa otra cita), o salirte por la tangente con un “ya veremos” o algo así. Siempre te recomendaremos la primera opción, pues así no le das falsas esperanzas.

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2. No estás a gusto y quieres irte

Si de plano te sientes incómodo(a), la otra persona no te cayó bien, hizo o dijo algo que te molestó (o cualquier cosa que no te cuadre), entonces hay mil pretextos que puedes usar: que recibiste un mensaje de una amiga que necesita tu ayuda, que olvidaste que tienes una cita médica así que te tienes que ir pronto, etc. En este caso, la honestidad absoluta quizá pueda ser hiriente o peligrosa, por lo que un pretexto de este tipo puede salvarte tu día. 

3. Te gustó y quisieras otra cita

Si la cita salió de maravilla y quieres dejar en claro que estás interesado(a), entonces te recomendamos esto: propicia un sutil contacto físico (abrazo y/o beso en la mejilla) acompañado de sonrisa y mirada directo a sus ojos; propón casualmente una segunda cita (algo como “me encantará verte de nuevo”, “la pasé muy bien, ojalá se repita”, etc.), y si te nace, puedes mandarle un whats relajado al día siguiente con un mensaje tipo: “gracias por la tarde” o “me gustó mucho conocerte”.

¡Hazte Kinky!

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