Existen muchos factores que disminuyen el deseo sexual, estos van desde problemas de salud, hormonales, enfermedades, hasta la temida monotonía o los problemas de dinero. En consecuencia el sexo se da con menor frecuencia y puede llevar a que la relación se enfríe o en el peor de los escenarios, termine. Si piensas que estás atravesando por una crisis ocasionada por la escasez de efectivo, pon atención a los siguientes factores:
Ocurre cuando uno de ustedes -o ambos- trabaja y reciben una remuneración estable, sin embargo no existe una buena administración, lo que ocasiona que el efectivo no sea suficiente y se cree un sentimiento de estancamiento y frustración en ambas partes. Así que es probable que se enfaden y se culpen mutuamente por no crecer como pareja.
Si por alguna razón alguno de los dos se queda sin trabajo, el desbalance económico será evidente. Si este es el caso, lo recomendable es que tengan paciencia y se apoyen moral y económicamente para que el problema no llegue hasta el dormitorio. Fijen un plazo y lleguen a un acuerdo para que el afectado no se sienta culpable. Si tú estás ocupándote de los gastos, ten tacto y no le eches en cara la falta de dinero, piensa que es una situación temporal y el cochinito volverá a engordar.
Cuando uno de los dos comienza a ganar más dinero que el otro, sobre todo cuando es ella la que obtiene mayores ingresos, puede generar en el otro un sentimiento de inferioridad. Por ello es necesario que platiquen del tema y que sean lo suficientemente maduros para entender que no es una competencia, sino una búsqueda en conjunto para formar un patrimonio que les ayudará a tener una mejor calidad de vida.
Identifica por cuál de estas situaciones estás atravesando y pon manos a la obra, no dejes que los problemas de dinero acaben con tu relación.
No dejes que el romanticismo en tu relación se acabe y sedúcela con una noche romántica y buen gusto