Estamos iniciando el año 2020 y, a pesar de que eso podría hacernos pensar que ya somos una sociedad súper evolucionada y abierta, la realidad tristemente es diferente. En particular en lo que toca a la comunidad LGBT, aunque sí ha habido muchos avances en cuanto a sus derechos y la legislación de los mismos, desafortunadamente siguen existiendo muchos prejuicios y estigmas, sobre todo en nuestro país.
En esta ocasión queremos hacer un recuento de los principales prejuicios que existen sobre la comunidad LGBT, esto con dos objetivos primordiales: primero, derribar tales prejuicios y, segundo, hacer conciencia de que, aunque para algunas personas puedan parecer cosas sin mucha importancia, la realidad es que los prejuicios llevan al estigma y el estigma hacia una comunidad oprimida puede llevar a tragedias innombrables.
Un prejuicio es una opinión, generalmente desfavorable, acerca de algo que no se conoce bien. Partiendo de esta definición, podremos entender que todo lo que citemos a continuación lo han perpetuado personas que realmente no tienen un conocimiento profundo y cercano sobre la comunidad LGBT, que se deja llevar por apariencias o por lo que muestran los medios y lo que se ha dicho por años y años.
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Por ejemplo, respecto a los hombres gays, existe un sinnúmero de prejuicios, desde los que van ligados a la apariencia, como que “todos son afeminados”, que “son ostentosos y les gusta exhibirse y llamar la atención en las marchas”, que “cuidan su apariencia en exceso”, entre otras; hasta los que hablan más de actitudes, como que “todos son promiscuos”, que “no son capaces de tener una relación formal” o que todos tienen traumas de infancia y por eso “se volvieron” gays.
Derrumbar estos prejuicios debería ser muy sencillo (si se está abierto a ello), basta con entender que simplemente ¡¡son como cualquier persona!! Cualquiera que haya convivido con la comunidad sabe que, como TODAS las personas, hay de todo: hay gays afeminados y otros muy masculinos, hay gays ostentosos y gays discretos y tímidos, hay gays promiscuos así como también hay muchísimos heterosexuales promiscuos, hay quienes quieren una relación seria y otros que no ¡Exactamente como cualquier persona!
Aquí pasa exactamente lo mismo: se puede escuchar en muchos contextos tonterías como que “todas las lesbianas son marimachas”, o todas son “descuidadas y gordas”, que “se enamoran de todas sus amigas”, que las relaciones lésbicas son “puro drama y celos” o, peor aún, que “se volvieron” lesbianas porque tuvieron una mala experiencia con los hombres, como si fuera un revancha contra el género masculino.
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No hace falta ahondar demasiado para darse cuenta de lo absurdas que resultan semejantes ideas: primero que nada hay que quitarse de la cabeza que las mujeres homosexuales “odian” a los hombres; la orientación sexual no se elige a placer, las personas se sienten atraídas o no hacia un género y punto. Y respecto a lo demás, como ya dijimos, ocurre como con cualquier persona: hay parejas dramáticas y celosas y otras que no lo son, sin importar si se trata de pareja gay o pareja hetero.
En resumen, queremos recordar siempre que los prejuicios pueden matar (no, no es exageración), que los prejuicios llevan a tener una visión de la vida limitada y llena de odio. Por eso siempre hemos insistido en que lo primero que se necesita para Ser Kinky es deshacerse de prejuicios y estereotipos, porque solo así podremos ver a las personas por lo que son (seres humanos) más allá de etiquetas y estigmas sociales que rayan en lo absurdo. Recuerda: ¡Love is Love!
¡Hazte Kinky!
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