Cada día arde más en las mujeres el deseo de conocimiento y la búsqueda de saberes que en algunos tiempos fueron desprestigiados y negados. Es importante mantener la chispa de esa búsqueda encendida para que puedas conocer más sobre ti misma y comprendas tus ciclos y procesos, tanto biológicos como emocionales.
Esta información también es valiosa para cualquier persona (del género que sea) que tenga una relación con una mujer, pues conocer mejor su funcionamiento puede darle muchas pistas de entendimiento sobre el comportamiento y la ciclicidad que estos intrigantes y sensuales seres humanos manifiestan día con día.
Las hormonas y los fluidos juegan un papel súper importante en las mujeres, que curiosamente es regulado por la sexualidad y por la capacidad de crear vida. ¿Sabías que al reconocer tus fluidos vaginales, puedes saber en qué fase de tu ciclo te encuentras?
Hoy te platicaremos un poco sobre estos fluidos, guardianes silenciosos de la vagina y te enseñaremos a detectarlos en ti misma o en tu pareja.
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El flujo vaginal hace referencia a cualquier fluido no menstrual que la vagina excrete en cualquier momento del ciclo sexual femenino. Estos fluidos forman parte de este ciclo de forma natural y también son indicadores de que algo anda mal en algunos casos específicos, varían a lo largo de la vida de una mujer, pues las distintas etapas sexuales producen diferentes tipos de fluido.
Este flujo se autorregula de una manera perfectamente diseñada: limpia y protege nuestra vagina de patógenos externos, a partir de su macrobiota o “flora vaginal“, que se compone por bacterias vivas, y mantiene un pH de ligera acidez en donde las bacterias no salen de su equilibrio comúnmente. De la misma manera, la acción de las hormonas es fundamental en el mantenimiento de este equilibrio. Si estas hormonas se ven alteradas, la humedad se verá afectada, así como el pH, la consistencia y la composición de nuestro flujo. Es entonces cuando el olor desagradable o el cambio del color alertan de que algo anda mal.
Es importante aprender a reconocer cuando estos aromas, consistencias y colores son naturales e indicadores de una buena salud vaginal, y diferenciarlos de cuándo están indicando que hay un desequilibrio.
Es uno de los principales componentes del flujo vaginal, se produce en el cérvix o cuello uterino y es secretado por las glándulas que bajo influencia neurológica y hormonal producen diferentes tipos de fluido durante todo el ciclo. Su función principal es bloquear el paso a los espermatozoides en cierta parte del ciclo; y en otra exactamente lo contrario: acogerlos para que la fecundación pueda llevarse a cabo de forma segura. También forman un tapón que niega el paso y protege de los patógenos que pudieran desequilibrar el útero. Como te mencionamos con anterioridad, este moco cambia a lo largo del ciclo y estos cambios pueden ser claramente percibidos en las tres diferentes fases del ciclo sexual: la fase folicular, la ovulación y la fase lútea.
Vamos a navegar un poco por las fases para que conozcas en qué consisten y las características naturales que el flujo porta en esas etapas.
Comienza justo cuando termina la menstruación. Es el periodo más seco en cuanto a mucosidad, existe muy poca o nula fertilidad y el pH del flujo tiende a ser ácido. Aquí es cuando sus fuerzas están concentradas en impedir la entrada de los espermatozoides y los posibles patógenos que podrían desequilibrar la flora vaginal. La consistencia de este escaso flujo es espesa y pastosa; y el color blanquecino o ligeramente amarillento.
Durante la transición de la fase folicular a la ovulación, el cerebro comienza a mandar las señales de que pronto debe haber un óvulo preparado para ser fecundado, entonces las hormonas comienzan a hacer su trabajo y el flujo va cambiando para convertirse en un fluido más abundante, elástico y con un pH menos ácido. El color se va haciendo transparente hasta quedar muy parecido a la clara de un huevo. Si lo llegaras a estirar con tus manos, podrías notar que no se rompe y es bastante maleable. Es en esta etapa cuando más humedad se genera, y puedes irlo notando cuando tu pico de fertilidad se acerca. La función de este moco es recibir a los espermatozoides y proveerles de un medio apto para su supervivencia, acompañándolos hasta las trompas uterinas para que la fecundación pueda llevarse a cabo. Sorprendente, ¿no?
Esta fase entra en función cuando termina la ovulación y no hubo fecundación. El cerebro notifica a las hormonas que el óvulo preparado no fue fecundado y comienza a preparase para desecharlo en forma de menstruación. Entonces, cambia el fluido de nuevo, y comienza a modificarse para otra vez obstruir la entrada a cualquier espermatozoide o patógeno. Puedes notar como va espesando, pasando por un estado cremoso o pegajoso y adquiriendo un color blanquecino o amarillento muy parecido al de la fase folicular. Este moco permanece de esta manera hasta que el útero está listo para sacar el tejido que no fue utilizado para crear una nueva vida; durará hasta cuando comience la menstruación.
Uno de los fluidos que probablemente conozcas mejor es el fluido vaginal que corresponde a la excitación sexual. Sabes de qué te hablamos, ¿cierto?
Cuando tu cerebro se excita, las glándulas vaginales secretan una sustancia compuesta principalmente de agua, escualeno, piridina y ácido láctico, entre algunas otras. La consistencia de este lubricante depende de la fase del ciclo en la que te encuentres, es decir, no siempre que te excitas tu lubricante natural se genera en la misma proporción y consistencia, ¿lo has notado?
Nos parece que sabes perfectamente para qué sirve esta secreción, guiño, guiño.
Ahora, la única secreción vaginal que indica que algo anda mal, es aquella que no entra dentro de las características que te hemos mencionado en esta nota. Y es muy común que su aparición tienda a ser incómoda pues viene acompañada de comezón, colores extraños o fuera de lo común y malos olores. ¡Sí! Aunque los comerciales dicen que tu vagina debe oler a flores, la vagina tiene sus propios fluidos y olores hormonales, que además son los que le indican a tu pareja en qué parte del ciclo estás, si los enmascaras pierden la posibilidad de funcionar correctamente. Si tiendes a utilizar muchos productos que interfieren con tu pH vaginal es muy difícil que puedas reconocer tus fluidos y sus cambios, por lo que no sabrás cuando algo necesite atención de un experto.
Recuerda que cada cuerpo es único, y estos cambios pueden mostrarse de forma distinta para ti, o puedes experimentarlos e interpretarlos de forma diferente, por lo que te recomendamos estar muy al pendiente de tus fluidos y aprender a detectarlos en tu caso particular.
Conócete y aprende de ti misma, ¡eres un ser maravilloso!
¡Dale sentido a tus sentidos!
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