Las citas en línea, las redes sociales y la facilidad general de comunicarse a distancia tienen su parte positiva y su parte negativa: por un lado, han ayudado a que mucha gente se conecte pero, por el lado negativo, han hecho que sea más fácil que nunca hacerle fregaderas al otro y escapar de la responsabilidad afectiva que implican las relaciones, llevando a acciones como el ghosting, el orbiting o el paperclipping, del que hablaremos hoy.
La ilustradora Samantha Rothenberg es la artista detrás de la cuenta de Instagram “Violet Clair”. Sus ilustraciones suelen representar momentos desconcertantes en esta carrera de la búsqueda del amor en la que estamos todos. Pues en una ilustración reciente, revivió a “Clippy”, el famoso clip de Microsoft que aparecía de la nada, cuando menos lo esperabas, ofreciendo ayuda o sugerencias que nunca solicitaste.
En la ilustración, Clippy dice: “A veces aparezco sin ninguna razón, como ahora. Mira, la verdad es que estoy dañado, no inspiro confianza y no estoy especialmente interesado en ti. Pero no quiero que te olvides de que existo“. Obviamente, la autora estaba relacionando al clip con una persona que no te pela (o dejó de pelarte) y, de tanto en tanto, “se aparece” a través de alguna red social para preguntarte casualmente “qué tal”.
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Aunque el término “paperclipping” es nuevo (como todas estas palabras terminadas en “ing”), la psicóloga Carla Marie Manly afirma que se trata de un patrón de comportamiento habitual en personas tóxicas o codependientes: abandonar la faz de la tierra para después de un tiempo reaparecer; volver a desaparecer y nuevamente salir a la luz en un nuevo periodo de tiempo. O sea, es un nuevo término para un comportamiento antiguo que puede ser muy dañino.
Este tipo de comportamientos suelen ser señal de que la persona es emocionalmente inmadura e incapaz de entablar una relación significativa; además, en la mayor parte de los casos, quienes lo hacen tienen un fuerte miedo inconsciente a ser abandonados o rechazados. Así pues, los perpetradores del paperclipping “desaparecen” para evitar que las cosas se vuelvan significativas, y reaparecen para sentirse validados e importantes.
El paperclipping es perjudicial para ambas partes involucradas, sin embargo, es más duro para quien lo recibe pues la persona se siente confundida y utilizada: no sabe si la otra persona está o no está, por qué aparece y desaparece, si realmente le interesa la relación o no… en fin, un montón de preguntas surgen en su cabeza y, finalmente, se siente utilizada, además de que la incertidumbre le genera estrés y ansiedad.
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La señal más obvia de que te están haciendo paperclipping es un largo retraso en la comunicación seguido de un mensaje muy breve y poco significativo. Por ejemplo, conoces a alguien, tal vez sales un poco o intercambias mensajes y, de pronto, te ghostea; después de una cantidad de tiempo aleatoria, recibes un mensaje de texto o una llamada preguntándote cómo estás. Es posible que se intercambien algunos mensajes y luego se repita el patrón. Nunca hay una explicación para la desaparición o reaparición.
La forma más rápida de poner fin a este comportamiento es tan sencilla en teoría como complicada en la práctica: simplemente deja de responderle sus mensajes cuando reaparezca; recuerda que solo buscan interactuar contigo para saber que sigues ahí, como una velita prendida, así que mientras continúes respondiéndole, seguirá haciéndolo y continuarás gastando tu energía en alguien que no vale la pena.
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