La sexualidad es un tema que va más allá de nuestros órganos sexuales y todo lo relacionado a ellos, es el reflejo de diversos factores como la identidad y rol de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. Se manifiesta a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas y relaciones interpersonales.
A todo esto hay que sumarle que al formar parte de una sociedad, nuestro desarrollo sexual se ve influenciado por factores culturales, religiosos, históricos, psicológicos y sociales.
Es inevitable asumir que la sexualidad proyecta quiénes somos, entonces podemos asegurar que la salud sexual, excede el terreno de las enfermedades de trasmisión sexual, y es parte integral y fundamental de la salud general de una persona, como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS):
“La salud sexual es un estado completo de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. La Salud Sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.”
Por otro lado la Asociación Americana de la Salud Sexual (ASHA) define la salud sexual como:
En ambos conceptos se aprecia el valor que tiene el concepto y sobre todo el estado de “bienestar” que sugiere, el cual si no es alcanzado, se manifiesta en síntomas como ansiedad, agresividad, depresión, insatisfacción, violencia y muchos otros síntomas que impiden el equilibrio emocional del que todos deberíamos gozar. Comienza el hartazgo, la monotonía, la inconformidad y por supuesto, la insatisfacción en todo lo que hagas.
La sexualidad forma parte del ser humano desde su concepción, evolucionando a lo largo de la vida. Los conocimientos y forma de manejar la sexualidad dependen según la edad y el nivel sociocultural, por tanto, el entorno social puede crear concepciones negativas que limitan la capacidad de tomar decisiones acerca a cómo vivir la sexualidad.
Para comenzar a gozar de una buena salud sexual, el primer paso es contar con información fiable, realista y verídica, que te ayude a reflexionar, comprender a la vez que te permita liberar las etiquetas sociales, que destruya tabúes y marque un rumbo para ejercer tu sexualidad con lo que te hace más pleno.