Como bien sabes, el sexo siempre es mejor cuando ambos están dando y recibiendo placer al mismo tiempo; sin embargo, es también delicioso (y recomendable) de pronto darle prioridad a tu mujer y solo dedicarte a hacerla disfrutar; además, no nos dejarás mentir, para el hombre también es muy satisfactorio dar sexo oral: sentir el olor y el sabor de su mujer, verla y escucharla gozar y, por supuesto, saber justo cuando se viene.
No hay mujer que se resista a un buen cunnilingus, pero a veces las parejas caen en la rutina de siempre hacerlo en la misma posición: ella recostada boca arriba con la piernas abiertas y él con la cabeza entre sus muslos. Por eso hoy te recomendamos una posición sexual que revolucionará la forma en que le das sexo oral; se trata de El Toro Furioso (o Raging Bull) y es muy sencilla de realizar, así que pon atención.
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Pídele que se recueste boca arriba, colócate tú entre sus muslos como si fueras a hacerlo de forma habitual, pero entonces ponte de rodillas, levanta tu torso y usa tus hombros para colocar las piernas de tu mujer; ella se apoyará en su brazos para poder levantar la cadera y quedar en una posición de puente. Para que ella no se canse y pueda solo disfrutar, ayúdale con el peso sosteniéndola de las nalgas mientras la lames.
Algunos consejos importantes para que la posición les salga mejor y sea más disfrutable para ambos: no quites nunca tus manos de su trasero y dile que, si sus manos se cansan, puede recargarse sobre sus codos aunque el “puente” baje un poco de nivel. Tú recarga tus nalgas sobre tus pies para que la posición sea más cómoda y, de preferencia colóquense sobre un colchón o superficie suave para amortiguar en rodillas y manos.
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Obviamente, hay varias cosas Kinky que puedes hacer para que el placer sea mayor y que, cuando tu mujer llegue al orgasmo, sea algo inolvidable. Por un lado, trata de coordinar los movimientos de tu lengua con los de tus brazos; es decir, puedes subir y bajar sus nalgas sutilmente con tus propias manos, como acompañando el ritmo de tu boca y sintiendo también si ella misma impone un ritmo a sus caderas.
Además, te recomendamos que, justo cuando estés empezando a trabajar en la zona, no vayas directo a sacar la lengua para atacar el clítoris, sino que lamas antes los labios y le des importancia a tu respiración: déjala que sienta cómo sale tu respiración de tu nariz y entibia la zona. Es tan solo un detalle, pero créenos, sentir tu aliento tibio en su vulva le encantará y la prenderá muchísimo.
¡Atrévete!
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