Para disfrutar de una buena sesión de sexo, lo ideal es jugar y practicar una amplia variedad de posiciones. Sin embargo, no nos equivocamos si decimos que la mayoría de las personas tiene una posición a prueba de fallas: el doggy style o “de perrito”. Todo el mundo sabe que el doggy style cuenta con grandes beneficios, como poder alcanzar con mayor facilidad el punto G y la estimulación visual para quién se encuentra atrás. No en vano es una de las posiciones favoritas de los mexicanos y de la mayoría de las personas alrededor del mundo.
Pero, ¿qué es lo que hace a esta posición tan especial?
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Te contaremos algunos datos curiosos de esta postura sexual, para que aumentes tu bagaje erótico y conozcas detalles que la vuelven más interesante. ¡Descúbrelos con nosotros!
¿Conoces algunas? Según la empresa estadounidense de medios digitales Genius, existen más de 1,600 canciones que abordan el tema, o que por lo menos lo mencionan. Algunos de estos hits son: “P.I.M.P.” de 50 Cent, “The Bad Touch” de The Bloodhound Gang, “Ponerte en 4” de Los Amigos Invisibles y “Back That Thing Up” de Justin Moore.
Como ya debes saber, el doggy style es una posición que se presta perfectamente para el sexo anal y los cunnilingus. Por lo que cuando se habla de “estilo perrito” la terminología puede referirse a cualquiera de esas prácticas, no solo al sexo vaginal.
Y en todo el buen sentido de la palabra; pues existe una sensación salvaje, traviesa y sin tapujos acerca de no tener contacto cara a cara durante el sexo; y mientras hacer el amor tiene su lugar, el estilo perrito es el elemento perfecto cuando estás horny, algo un poco más cavernícola y apasionado.
Se llama “estilo perrito” porque los perros se reproducen de esta forma; pero muchos otros animales se aparean de esa manera también, incluidos caballos, camellos, jirafas y elefantes.
Así es, obviamente siempre consensuado; esta postura se presta para una buena sesión de spanking que, además, es una de las fantasías de muchos hombres y mujeres. ¿Te atreverías?
El perrito clásico implica que te pongas en cuatro patas, con tu compañero detrás de ti y de rodillas, permitiendo de esta forma una penetración por detrás. Pero si quieres darle un toque Kinky, te recomendamos hacer algunas variaciones como inclinarse sobre la cama mientras la pareja entra por detrás, o jugar con los cambios en las posiciones de las piernas y los brazos para ponerle una chispa de dificultad a la situación. Atrévete a jugar para lograr un encuentro más placentero.
¡Hazte Kinky!
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