Si nunca te has masturbado, o lo has hecho pocas veces y no estás muy convencida de estar haciéndolo bien, no te preocupes ni te sientas mal, muchísimas mujeres batallan para descubrir la mejor forma de darse placer y, por eso mismo, a veces llegan a pensar que la masturbación “no es para ellas”. Por eso el día de hoy te compartimos nuestra guía práctica para que el autoerotismo sea una práctica deliciosa e inspiradora.
Preparar el ambiente implica muchas cosas. Recuerda que el acto de masturbación no es solo tocarte para venirte, es un acto de amor propio y autocuidado; por lo tanto, es importante que en la preparación de la atmósfera incluyas cosas que te gusten y te hagan sentir bien: un baño en tina, música relajada que te ponga en mood, una luz suave que te transmita calma, algún incienso o difusor que llene la habitación de un olor que te encante.
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Nuevamente te recordamos que esto no se trata de solo venirte, sino de disfrutar de toda la experiencia; así que no solo te quites los pantalones, desnúdate por completo y recuéstate en tu cama. Antes de empezar siquiera a tocarte, date unos minutos para concentrarte en tu respiración: cierra tus ojos y haz varias respiraciones profundas, la oxigenación hará que estés más receptiva para el placer físico.
Gran parte del éxito de una sesión de masturbación reside en los previos; así como cuando estás con tu pareja el foreplay es básico para que tengas mejores orgasmos, también en el autoerotismo debes ir construyendo gradualmente la excitación. Entonces, lo primero que vas a hacer es acariciarte por completo sin tocar genitales: tus muslos, tus caderas, tu vientre, tus brazos, tu cuello, etc. Realmente siente y disfruta tu piel.
Una vez que sientas que estás disfrutando cada vez más el tacto de tu cuerpo, cuando te sientas cómoda empieza a acercarte a tu vulva. Sigue yendo despacio, empieza a acariciar tu ingle bajando hasta tus nalgas y poco a poco camina hacia los labios, el perineo, el vestíbulo vaginal. Cierra tus ojos para que te puedas concentrar mejor en cada una de las sensaciones que estás provocando en ti misma.
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Sentirás cómo te vas excitando y lubricando cada vez más; entonces, en el momento en que te sientas lista ve directo al clítoris pero nunca olvides sus alrededores, pues es muy satisfactorio estimular clítoris junto con labios vaginales. Experimenta distintos movimientos de estimulación clitorial: en círculos, en forma de arco por encima del capuchón, haciendo ochos alrededor, pellizcando suavemente, etc. Solo así irás descubriendo qué movimientos te satisfacen más.
Recuerda que el clítoris también se puede estimular por dentro y, como cada mujer es un mundo, hay mujeres que llegan más fácil al orgasmo con pura estimulación externa y otras que necesitan también estimulación interna. ¡Tienes que probar para saber qué te gusta más! Así que introduce tus dedos índice y medio, dóblalos hacia arriba y empieza a estimularte lo que antes era conocido como punto G.
Como verás, la clave de todo reside en: ir poco a poco y experimentar todo lo que se te ocurra; quizá algunas cosas no te encanten, pero seguro descubrirás otras que te vuelen la cabeza. Y es que, finalmente, de eso se trata el sexo (a solas o en pareja), de probar y explorar para ir encontrado aquello que a ti te gusta y te lleva al clímax. Así que te deseamos felices y orgamos y largas horas de masturbación.
¡Hazte Kinky!
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