Orgasmos forzados: un juego BDSM

29 enero, 2021 4 mins de lectura
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Si nunca antes habías escuchado hablar de un orgasmo forzado, es comprensible que el nombre te suene intenso o confuso. ¿Por qué alguien tendría que forzar un orgasmo cuando se supone que vas tras de él? Bueno, pues te vamos a explicar lo que se esconde detrás de este término tan rimbombante.

Los orgasmos forzados generalmente se disfrutan –sí, se disfrutan– como parte de los juegos de rol en el mundo BDSM, cuando un sumiso “no quiere” tener un orgasmo pero su pareja dominante “lo obliga” de todos modos. En una situación de placer entre adultos, donde una persona asume el rol dominante y la otra asume el rol sumiso, el hecho de dar y obedecer órdenes se convierte en un escenario muy estimulante y satisfactorio para ambos. Claramente, dicho escenario requiere del consentimiento pleno y activo de las dos partes en todo momento; además de los obvios altos niveles de confianza entre ambos y las medidas pertinentes de seguridad, como el establecimiento de una safe word o el uso de semáforos.

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¿Cómo se hace un orgasmo forzado?

orgasmo forzado

Este tipo de orgasmo se puede lograr de distintas formas. Los únicos límites son los de las personas involucradas y su imaginación. Si bien una forma muy común de lograr el clímax es la estimulación directa de las zonas más sensibles del cuerpo, a estas alturas ya debes saber muy bien que los orgasmos no se deben exclusivamente a la estimulación física, sino también a la incitación del espacio mental de la persona que intenta alcanzar el orgasmo. Es decir, no se trata de frotar el clítoris o el pene de tu pareja sin parar hasta que pierda la sensibilidad o la lastimes, sino de realmente construir y jugar con la atmósfera, el foreplay, las fantasías y todos los elementos Kinky que forman parte de la interacción sexual para conseguirlo una y otra vez.

orgasmos explosivos

Los orgasmos pueden ser hechos por uno mismo a través de la masturbación o como resultado de la estimulación externa, ya sea con alguna parte del cuerpo del dominante, con un objeto o un Love Toy. Por ejemplo, a la persona sumisa se le puede “ordenar” que se masturbe hasta el orgasmo o este puede ser dado de forma “práctica” por la persona dominante. Las máquinas de masturbación y los vibradores de varita son herramientas que se utilizan con frecuencia para este fin.

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¿Los orgasmos forzados son mi estilo?

decir no

Los orgasmos forzados no son para todos. Si los estás probando como parte de un juego Kinky o un intercambio de poder con tu pareja, siempre debes hablar y llegar a acuerdos antes de intentarlo. La primera vez que lo intentes es probable que no puedas manejar muchos estímulos en una misma sesión; sin embargo, si lo disfrutas y decides seguir jugando, es posible que puedas sentir más con el tiempo.

Si lo pruebas y decides que no es lo tuyo, está perfecto y no pasa nada. Se trata de disfrutar, no de sufrir.

Tip Kinky: Si es tu primera vez experimentando este tipo de juegos BDSM puede ser favorable darle a tu pareja un guión sobre cómo quieres que esta experiencia suceda exactamente. Esto puede ir desde un “no dejes que me venga hasta que te lo suplique como loco”, hasta un detallado juego a su cargo dándote un masaje, atándote, dándote nalgadas, privándote de algún sentido o cualquier cosa que sea objeto de tu placer. ¡Tú estableces las reglas!

palabra de seguridad

Recuerda siempre que una pareja NUNCA debe presionarte para tener un orgasmo forzado si eso no es lo tuyo. Como te hemos mencionado muchas veces –y no nos cansaremos–, el consentimiento es la parte más esencial para la sexualidad y el placer.

¡Hazte Kinky!

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