En las últimas dos décadas el mundo de los juguetes y artículos eróticos ha crecido como nunca, y es que nunca antes habíamos estado tan interesados en explorar nuevas estrategias y sensaciones y aceptar -sin culpas- que utilizar herramientas es una gran idea.
Pero por mucho tiempo la juguetería sexual se relacionaba sólo con dildos o vibradores femeninos, en algunos casos –para los hombres heterosexuales- las muñecas inflables. Sin embargo hoy la variedad de jueguetes para ambos sexos es tan grande que muchos ni se enteran.
Los masturbadores masculinos son dispositivos para penetrar, cuya textura interior emula una vagina. Pueden o no ofrecer estimulación, es decir, tener mecanismos que dan presiones o succiones y, en cuanto a formas, pueden ser simples cilindros o tener forma de vagina, trasero e incluso ser copia fiel de los genitales de alguna famosa estrella porno.
En realidad, cada mapa de reflejos eróticos es distinto en cada hombre, y a algunos la sensación les parecerá bomba en tanto que a otros algo mecánico. Es cuestión de probar, pero la simple lógica nos lleva a que puede ser muy disfrutable por el hecho de que el pene se estimula en cuanto a textura y humedad. Si es un juguete de ‘hágalo usted mismo’ como los cilindros Tenga simples, tú debes llevar la intensidad del estímulo conforme lo penetres y manipules para masajear tanto el tronco como el glande.
Los Tenga EGG, son otra maravilla del hágalo usted mismo. Son masturbadores con diferentes texturas que están hechos de un material tipo gel llamado elastómetro termoplástico, y vienen contenidos en un huevo, por lo que aparentemente tienen esa forma. Tienen un orificio en el que debes colocar el lubricante que viene incluido e introducir tu pene. Son súper flexibles por lo que al tirar del material cubrirá todo tu pene y podrás estimularte manualmente; existen en Regular y Strong, dependiendo de las sensaciones que desees explorar.
Hay otros reusables como los Tenga 3D que están texturizados externamente, por lo que la parte exterior puede voltearse y convertirse en estimulador interior; vaya, como un calcetín que se voltea y tienen diseños de texturas y masajes distintos. La forma de almacenarlo, evitando que la parte de gel se empolve, también define su tiempo de vida.
Hay otros más autónomos como los Tenga AIR-Tech y Air-Tech VC, éstos son succionadores con distintas opciones de intensidad y tienen una tecnología air-flow que crea bolsas de aire y salida del mismo para crear el estímulo. Se reutilizan pero igualmente, hay que tener muchos cuidados en cuanto a su higiene y almacenamiento.
Y claro, otras marcas han creado opciones mucho más visuales con forma de genitales y traseros, con interiores texturizados o lisos, pero la clave está en que todos, to-dos, deben lubricarse perfectamente.
Como todo juguete sexual, debe lavarse y secarse completamente, así como guardarse en el empaque y evitar su uso si notas que el material se ha empolvado y ya no se puede eliminar esa suciedad. En el caso de los masturbadores con forma de vagina o ano, el secado del interior se hace algo complejo porque hay que dejarlo ventilar unas buenas horas antes de guardarlo para evitar que crezca moho. Así que mantenerlo oculto de la mirada ajena no es tan simple.
El tiempo de vida de la mayoría es de pocos meses y los de un solo uso como los EGG (que son desechables después del primer uso), te otorgarán una experiencia distinta por aproximadamente 250 pesos por sesión. Usar un juguete al que le han crecido bacterias o moho es realmente un riesgo, así que sigue las instrucciones y cuídalos.
Prueba, explora y si quieres darle una manita a tu manita, ¡disfrútalo!