Cuando le hagas sexo oral, no olvides atender también a sus amiguitos aquí te damos los mejores consejos para lamerlos de la mejor manera.
Cuando estás haciéndole sexo oral a tu hombre, casi siempre te concentras en el pene, como si éste fuera el único que siente placer en esa zona. Pero resulta que ahí colgando andan sus testículos, esperando a ser tomados en cuenta y a que les hagan cariñitos también; sin embargo, la mayoría de las personas no saben qué hacer con ellos, cómo lamerlos y jugar con ellos para que a él le guste. Así que hoy nos encargamos de guiarte para que te vuelvas master de la estimulación de sus amiguitos.
Así como ocurre cuando haces un blowjob, es importante que los testículos siempre estén bien lubricados mientras juegas con ellos con tu boca; asegúrate de que estén igual de húmedos que tu boca, esto hará que todo sea más natural y disfrutable para él. Para esto, te recomendamos tener una botellita de agua al lado para hidratarte y que produzcas suficiente saliva. Ahora que si no eres fan de escupir, usa un lubricante de sabor para humedecer la zona.
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Esta técnica de estimulación es deliciosa (y además se puede usar en todo el cuerpo). Es buena idea para antes de comenzar propiamente a lamer: sin tocar directamente sus testículos, haz con tus manos una especie de cuenco alrededor de ellos y respira en ese huequito, de manera que tu respiración cálida se disperse sobre ellos; la sensación despertará todas las terminaciones nerviosas y lo hará excitarse como no te imaginas.
Así de fácil como suena: solo mantenlos ahí. Comienza con uno y luego pon el segundo en tu boca también; una vez ahí, intenta usar un pequeño movimiento suave de la lengua para masajearlos. Si sientes que ambos en tu boca al mismo tiempo es demasiado, entonces empieza con uno y ve alternando; recuerda que los movimientos de tu lengua sean sutiles, como un masaje suave, y no olvides tener mucho cuidado con tus dientes.
Empieza lento y suave. Piensa en cuando chupas una paleta, con esos movimientos como de absorción, solo que siempre muy suaves. Comienza con uno y ve alternando; combina la absorción con movimientos de lengua y asegúrate de abarcar toda el área. Consulta con él de tanto en tanto para asegurarte de que él lo está disfrutando o para que te diga si algo no le está gustando y que lo modifiques. Recuerda que en estas cosas la comunicación es lo más importante.
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Traza la figura de un ocho alrededor de sus testículos con tu lengua. Prueba tanto con la punta de tu lengua como con la base para ver cómo le gusta más a él. Mientras haces los ochos, mueve la lengua hasta la comisura que está justo entre los dos testículos y lame desde la parte de atrás hacia el frente y luego de vuelta hacia atrás,créenos que esto lo puede volver verdaderamente loco en el mejor de los sentidos.
No te limites a tu saliva e intenta jugar con la temperatura. Primero, toma un sorbo de té (o tu bebida favorita) calientito; inmediatamente después de haber tragado la bebida, pon su testículo en tu boca y estimúlalo con tu lengua. Y luego la parte más divertida: toma ahora un vaso de agua helada para que tu boca se enfríe y luego vuelva a los testículos. Este cambio de temperatura le encantará y lo pondrá súper sensible para que disfrute aún más.
¡Atrévete!
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