¿La lucha por convertirte en madre se está convirtiendo en uno de los peores retos de tu vida? Si te encuentras con dificultades para embarazarte, debes acudir con un especialista; de inicio con un ginecólogo y después con un médico especializado en asistencia de la infertilidad. Es uno de esos temas que no deben basarse en suposiciones o en consejos de amigos y familia. El “no te preocupes, ya pegará, tú haz ‘la tarea’” ha hecho que muchas parejas esperen demasiado y no atiendan o detecten lo que verdaderamente está imposibilitando crear un embarazo. Pero, ¿cuándo es momento de buscar ayuda?
En teoría, si estás teniendo relaciones sexuales (penetración pene-vagina y él eyaculando dentro de ti sin protección), en los días de tu pico de fertilidad – entre los días 12 y 15 de tu ciclo menstrual, siendo el día uno cuando comienza el sangrado menstrual – y previamente has sido checada por un ginecólogo, quien no ha detectado ninguna anomalía en tu útero ni en tus ciclos ovulatorios, en promedio seis meses de intento deben ser suficientes para tener un resultado, para salir embarazada. Sin embargo, no siempre sucede y hay que buscar las causas. ¿Cuáles podrían ser?
De acuerdo al ginecólogo Fernando Bonilla-Musoles, en su libro Reproducción Humana, todas nacimos con un número limitado de óvulos, alrededor de 40 mil. De estos, durante cada ciclo, son reclutados un número variable de los que sólo uno o máximo dos consiguen obtener potencialidad para ser fecundados. El gameto femenino permanece detenido en profase meiótica hasta que es ovulado. Está rodeado por una serie de células que forman una estructura denominada folículo; durante el ciclo, cierto número de folículos son reclutados para la ovulación pero sólo uno de ellos terminará el proceso.
Para los treinta años, contamos con apenas el 40% de los óvulos con que nacimos. Sin embargo, no todos ‘los que quedan’ son óptimos. El Dr. Oliver Lara Kferman, Biólogo de Reproducción Humana del Instituto de Infertilidad y Genética Ingenes, explica:
“Imaginemos que una mujer nace con un costal de naranjas. En cuanto empieza la menstruación esas naranjas comienzan a salir. Las de hasta arriba son las mejores, las más frescas. Cuando una mujer pasa los 35 años, esas ‘naranjas’ que se quedaron más abajo del costal no tienen la mejor calidad. Calidad en un óvulo se le llama a que debe mantener un color, brillo y diámetros específicos para poder generar un embrión adecuado al ser fecundado por un espermatozoide. En el momento de la concepción, microscópicamente se observan dos células, mismas que se van duplicando. Cuando el óvulo no tiene la calidad necesaria, esas células comienzan a fragmentarse. Eso puede provocar un aborto o bien, que nazca un bebé con problemas genéticos’.
Puedes padecer miomas, infecciones de transmisión sexual que no cuidaste o se hicieron crónicas generando inflamaciones o, en otros casos, las trompas de Falopio pueden estar obstruidas por tejido y en muchos otros haber endometriosis. Recuerda que el endometrio es digamos el nido, o sea el tejido que se va formando a lo largo del ciclo menstrual para recibir a un óvulo fecundado. Al no haber fecundación, ese tejido se descama y desecha, entonces viene la menstruación. De hecho no menstruamos sangre sino ese tejido, su descamación. Cuando hay endometriosis, ese nido no se forma dentro del útero sino se forma sobre las trompas, o los ovarios, en los ligamentos que sostienen al útero o en la zona entre la vagina y el recto. O sea, en un lugar donde el nido no puede sostener a un bebé.
Y claro, si vives condiciones específicas o particulares de salud como lupus, cáncer, leucemia, insuficiencia renal y muchas otras. Por ello todo debe ir acompañado del monitoreo de tu médico.
Él puede tener un bajo conteo de espermas ya sea por uso de drogas, genético, edad, condiciones en los testículos, uso de sustancias muy diversas. Es decir, por cada mililitro de su semen hay menos espermatozoides que los que produce un hombre promedio y, por lo tanto, cada eyaculación suya posee menos posibilidades porque aunque sólo se necesita uno para llegar hasta al óvulo y por cada expulsión de semen surgen millones, es un largo y complejo camino que recorrer desde tu vagina hasta tu óvulo fecundable. Así que si hay pocos, hay menos posibilidades.
También hay ocasiones en que la cantidad de espermatozoides por mililitro es la adecuada pero no hay, digamos, la fuerza eyaculatoria necesaria por cuestiones genéticas, circulatorias, enfermedades crónicas y edad. O sea el disparo no es lo suficientemente poderoso en términos de fuerza y distancia para que los espermatozoides puedan llegar a fecundar.
A veces –y es un tema emocionalmente complejo- después de pruebas y exámenes, los médicos determinan que cada uno es perfectamente apto para procrear, pero no juntos. Es decir hay incompatibilidad. Por ejemplo, porque el PH o el medio de tu vagina resulta hostil para su semen pero podría embarazar a otra mujer y tú, sin problemas, recibir sin hostilidad los espermatozoides de otro hombre.
Los tratamientos y las posibilidades, las platicaremos en el siguiente post, no te lo pierdas.