No te quedes siempre del mismo lado y métele hype a tu relación con cambios significativos.
¿Pasivo o activo? Seguramente has escuchado este par de términos en alguna conversación. No importa si formas parte de la comunidad LGBTQ+ o no, estos términos pueden aplicarte, pues se refieren a la forma en la que te desenvuelves a la hora del delicioso. Ser pasivo es sinónimo de ser sumiso, en la jerga sexual es la persona que recibe y permanece “inactiva” mientras la otra persona es quien lleva a cabo la penetración, ya sea por vía vaginal, anal u oral, –a lo que se denomina activo–. No importa quién utilice este término, ya que puede ser una persona de cualquier sexo, género u orientación sexual.
Se cree que las parejas en relaciones homosexuales mantienen este tipo de acto y que siempre está bien marcado quién es la persona activa y quién es la activa. Sin embargo, este juicio está basado en estereotipos sociales erróneos, en donde se les asigna el mismo patrón que a una pareja heterosexual y por lo tanto es irreal. La realidad es que, tengas el tipo de relación que tengas, el acto sexual es una forma de exploración total cuando dos personas quieren participar en un juego de comunicación y participación sobre el amor y/o el deseo que sienten. De hecho, muchas parejas asumen la posición activa porque tienen una misión muy clara, y esa es brindar placer a su pareja sin descanso. Al mismo tiempo que la persona activa se posiciona, está dando placer, pero no quiere decir que no esté disfrutando. Otras veces, primero le toca recibir a uno y luego al otro; aquí se podría decir que hay un cambio de roles conforme el encuentro se va dando y, la verdad es que cualquier persona puede ser quien dé o quien reciba, así que puedes ir y venir del estado activo al pasivo sin necesidad de mantenerte en un solo lado de la ecuación.
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Si has detectado que siempre te quedas en uno de los dos estados, y deseas incursionar en el otro, aquí te vamos a dar algunos tips Kinky para navegar por ambos mundos y disfrutar más de tus experiencias sexuales.
Ojo: si tú y tu pareja siempre han asumido los mismos roles, sé responsable afectivamente y habla primero tu necesidad o deseo de cambiar las cosas. Nunca debes “simplemente hacerlo”, ya que podrías sacar de onda a la persona que está acostumbrada a que la situación se dé de una forma ya establecida. Todo esto se resuelve con mucha comunicación y conocimiento de tu pareja.
¡Libera tus sensualidad y rompe los patrones!
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