Si bien es cierto que la incómoda situación de fingir orgasmos es más común en las mujeres, eso no significa que los hombres no lo hagan (y lo hacen más frecuentemente de lo que te imaginas). Para entender esto – que quizá te resulte sorpresivo – primero hay que tener claro lo siguiente: eyaculación y orgasmo no son lo mismo; muchos hombres y mujeres lo creen, pero en realidad son procesos independientes.
Dicho de otro modo, un hombre puede eyacular y no necesariamente tener un orgasmo; para ser más claros, siempre experimentará una sensación placentera al momento de liberar el líquido seminal, pero esto no quiere decir que forzosamente llegue al clímax. Y viceversa. Existe lo que se conoce como orgasmo seco, éste implica todas las sensaciones del clímax sin expulsión de semen. ¿Ahora entiendes por qué sí pueden fingir?
Ahora que tenemos claro que sí pueden eyacular sin “llegar”, surge la pregunta del millón: ¿por qué fingir un orgasmo? Las razones no son muy diferentes a las de las mujeres, es más, podríamos decir que las causas profundas son las mismas: falta de comunicación y deseo de no herir a la pareja. Además, en el caso del hombre se añade un componente machista importante: falsas creencias que relacionan la virilidad o la masculinidad con la capacidad de llegar al clímax.
En un estudio de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, algunos psicólogos encuestaron a diferentes hombres acerca del motivo para simular el clímax. El principal resultado fue que se sentían presionados para “acabar” y, como el orgasmo estaba tardando demasiado, preferían terminar el acto sexual y decir que sí habían “acabado”; en segundo lugar, por la intención de no lastimar o herir los sentimientos de su pareja.
Ahora bien, ¿por qué nos da tanto miedo comunicarle a nuestra pareja que no hemos tenido un orgasmo? Por un lado, por temor a comunicarnos con honestidad y por otro, porque nos han enseñado (falsamente, por supuesto) que el orgasmo es el objetivo final y único de todo encuentro sexual, por lo tanto, en nuestro imaginario todo se reduce a: orgasmo = éxito, no orgasmo = fracaso.
Así pues, antes de pedirle a tu pareja que no finja y que sea sincero, te aconsejamos que redefinan entre ambos lo que para ustedes significa una relación sexual exitosa: ¡no lo restrinjan a clímax/no clímax! Te proponemos una nueva concepción de encuentro sexual exitoso: cualquier acto que los haga disfrutar, descubrirse y que los lleve a sentirse bien consigo mismos y como pareja (ojo, nunca mencionamos la palabra orgasmo). ¿Qué te parece? ¿Te animas a proponérselo?
Cambia tus paradigmas y ¡Hazte Kinky!
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