¡A tocarse todas!

11 octubre, 2016 4 mins de lectura
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Para ninguna mujer es un secreto que la autoexploración mamaria es ya una obligación inexcusable. De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de mama es el más diagnosticado en mujeres a nivel mundial, ocasiona aproximadamente 500 mil muertes al año y, en promedio, 1 de cada 8 mujeres estadounidenses desarrollarán esta enfermedad. Sin embargo, con una detección temprana, la tasa de supervivencia es superior al 80%.

Desafortunadamente, como en la mayoría de los tipos de cáncer, se desconocen las causas y factores de riesgo específicos, pero sí se sabe que la genética (antecedentes familiares) duplica o hasta triplica el riesgo. También está comprobado que circunstancias como la inactividad física, el sobrepeso y el consumo de alcohol y tabaco aumentan la posibilidad de desarrollar cáncer de mama.

Así pues, aunque sí podemos procurar hábitos de vida saludables, habrá que asumir que no hay una causa absoluta e ineludible; por lo tanto, la única forma de prevenir, no su aparición pero sí su propagación, es a través de la realización constante y sistemática de autoexploraciones mamarias. Es fácil, no tiene costo y no requiere que te traslades a un consultorio o laboratorio, sólo tienes que aprender los pasos y ser disciplinada.

A continuación te diremos, paso a paso, cómo realizar tu autoexploración y en qué fijarte. Recuerda que esto lo debes hacer, sin falta, una vez al mes y, de preferencia siempre el mismo día (al finalizar tu periodo menstrual). No te tomará más de 15 minutos y, literalmente, puede salvar tu vida.

  1. Exploración visual

    1. Párate frente al espejo con tus manos en la cadera y observa tus senos, estos deben ser regulares en cuanto a forma, tamaño y color. Fíjate si notas alguna de las siguientes alteraciones:
      1. Hoyuelos, arrugas o bultitos en la piel
      2. Cambio de posición, forma o color del pezón
      3. Enrojecimiento, salpullido o inflamación
    2. Ahí mismo, frente al espejo, levanta los brazos y presta atención a cualquiera de las alteraciones anteriores.
    3. Haz lo mismo con tus brazos relajados a tu costado.
  2. Exploración táctil recostada

    1. Acuéstate, coloca tu brazo izquierdo detrás de tu cabeza y palpa tu mama izquierda con tu mano derecha, utiliza las yemas de tus dedos juntos; con pequeños movimientos circulares ve recorriendo toda la superficie de la mama, para que la cubras toda, te recomendamos empezar en el pezón y avanzar en círculos hacia el exterior, ¡no olvides la axila y la parte inferior de la clavícula!
    2. Tu tacto debe ser firme y lento, asegurándote de percibir todas las texturas. Recuerda que es normal que sientas ciertas “bolitas” o nódulos que son parte del tejido mamario, de ahí la importancia de hacer esto cada mes, para que conozcas tus mamas y sepas qué es normal y qué no. En cuanto identifiques algún crecimiento que no estaba ahí antes, acude a tu médico.
    3. Cambia de brazo, palpa tu mama derecha con la mano izquierda y realiza lo mismo que en el punto anterior. Si te es de ayuda, puedes poner un poco de crema o aceite en tus dedos para que se deslicen mejor y la palpación sea más sencilla.
  3. Exploración táctil de pie o sentada

    1. De pie o sentada, levanta tu brazo y colócalo detrás de tu cuello; realiza las palpaciones siguiendo las mismas instrucciones de la exploración recostada.
    2. Sujeta tu pezón y presiónalo; fíjate si te sale algún tipo de líquido o sangre, si es así informa a tu médico de inmediato.

Como verás, sólo es cuestión de que te crees la disciplina y mantengas un contacto adecuado con tu médico ante cualquier cambio o cosa extraña que notes. En muchos casos se trata sólo de bolitas de grasa o quistes, pero siempre es mejor saber para que estés tranquila. Nadie como tú puede cuidar tu salud para mantenerte sana y plena, así que: ¡a tocarse todas!

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