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Aunque estemos en el siglo XXI y, aparentemente, todos seamos más abiertos y liberales, lo cierto es que la masturbación femenina sigue siendo un tema tabú, tanto para hombres como para las mismas mujeres. Mientras que el onanismo masculino es visto como algo natural e inevitable (“todos los hombres lo hacen”), la auto-erotización por parte de las féminas se percibe – tristemente – como algo extraño, innecesario o exclusivo de unas cuantas chicas demasiado cachondas.
Pero no hay nada más falso que eso: la masturbación no debe ser exclusiva de mujeres muy sexosas o de aquellas que no tienen pareja, al contrario, debería ser una práctica continua que te ayude, tanto a conocerte mejor como simplemente a disfrutar de tu cuerpo. Por supuesto, la mayoría de las mujeres, una vez que se animan a probar los encantos de sí mismas, se suelen quedar con la clásica técnica de masturbación: acostadas y con la mano directamente al asuntito.
A ver, dinos la verdad, habiendo tantas posibilidades, ¿siempre te masturbas de la misma forma? Si tu respuesta es afirmativa, checa algunas de las técnicas que te compartimos para que este Día Internacional de la Mujer (y todos los demás) te des amor y placer sin limitaciones:
1.- De a vaquera sexy
- ¿Quién dice que sólo puedes gritar “¡dime vaquera!” cuando estás con alguien? ¡Dítelo a ti misma! Sólo necesitas de una silla y uno que otro accesorio. Puedes hacerlo de dos formas, la primera es: enrolla una toalla o playera (bien limpias, por favor) y colócala en el centro de la silla, entonces siéntate en la silla (de preferencia con ropa interior) de manera que quedes como “montada” en la toalla, y listo, lo único que resta es que te empieces a mover hacia atrás y hacia adelante al ritmo que desees; esta opción estimula de manera externa y te permite moverte de acuerdo a las sensaciones que vayas experimentando.
- La segunda opción es hacer más o menos lo mismo pero usando, en vez de la toalla, un vibrador o un dildo que sostendrás en la silla con una mano, mientras con la otra te sostienes e impulsas para moverte; esta opción estimula tanto interna como externamente.
- Tip Kinky:
- si eres un poco voyerista, puedes colocar la silla frente a un espejo de cuerpo entero y mirarte mientras cabalgas cual vaquerita sexy.
2.-De cucharita
- Esta técnica es básicamente de estimulación externa. Recostada, ponte de lado y pon entre tus piernas algún objeto que te permita producir fricción en tu área genital; la almohada es un clásico, pero también aplica con las sábanas o la cobija hechas rollito. De preferencia hazlo con ropa interior para que el roce no te lastime.
3.-Mojada, muy mojada
- Sí, el agua es un elemento sumamente sensual, de ahí todas las fantasías respecto a tener sexo bajo el agua o hacerlo en la regadera. Bien, pues tú solita también puedes aprovechar la sensualidad de este elemento y regalarte una sesión de mucho placer. Si tienes tina, sumérgete, pon en tus dedos una buena cantidad de lubricante a base de silicón y comienza a tocarte; si el espacio te lo permite, coloca tu vagina bajo el grifo de agua y ábrelo poco a poco.
- También puedes aprovechar las famosas regaderas de teléfono (las que se desmontan) para orientar el chorro hacia tu zona íntima, regula la presión del agua para que sea satisfactorio: ni demasiada presión ni muy poca; conforme vayas excitándote, mueve la regadera para que el chorro alcance diferentes áreas.
4.-Juega conmigo
- ¡Anímate de una vez por todas y cómprate un LoveToy! No creas que sólo existen los dildos, hay una gran variedad de juguetes que te proporcionarán sensaciones siempre distintas y deliciosas: prueba los estimuladores de clítoris o, si tu clítoris es demasiado sensible, prueba un vibrador externo; también te recomendamos los masajeadores multiorgásmicos, que estimulan al mismo tiempo la zona G y el clítoris. Ve haciéndote de tu colección de juguetes sexuales y experimenta sensaciones únicas.
5.-La clásica, al estilo Kinky
- Los clásicos nunca pasan de moda (por algo son clásicos), pero siempre les puedes poner un toque Kinky para hacerlos aún mejores; por eso te sugerimos unas cuantas cerezitas en el pastel para la clásica masturbación femenina. Recuéstate en tu cama y empieza a tocar todo tu cuerpo (no vayas directo a los genitales), recorre tus piernas, tus nalgas, estimula tus senos; cuando llegues al área genital, empieza estimulando los labios, ve trabajando progresivamente hacia el centro y deja la penetración con tus dedos hasta el último, entonces estimula la zona G con movimientos circulares y, mientras una mano trabaja en eso, con la otra puedes estimular el perineo o tus senos o lo que se te antoje.
Recuerda que la sexualidad no es exclusiva de la vida en pareja y, aunque ésta exista, la autoexploración no debe parar: tocarte y auto-erotizarte te ayudará a sacar tu lado más sensual y a vivir esa plenitud Kinky que todas buscamos. No esperes a que alguien venga a hacerte feliz, pon manos a la obra y hazte feliz tú solita.
¡Atrévete y hazte Kinky!
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