Seguramente has escuchado la famosa frase de Frida Kahlo que dice: “Pies, ¿para qué los quiero, si tengo alas para volar?” La más placentera razón es por tener la posibilidad que tu pareja los observe, acaricie, huela, bese… gestos que se resumen en uno de los más grandes fetiches: Los Pies.
Independientemente de si tu pareja logre gran excitación con los pies o no, hombres y mujeres debemos cuidarlos al igual que como lo hacemos con manos, cuerpo y cara. Sigue estos sencillos consejos:
Durante el baño diario, dedícale unos minutos especiales a los pies, lava con agua tibia y enjuaga con agua fría para estimular la circulación. Seca por completo poniendo especial cuidado entre los dedos para después aplicar una crema hidratante, no grasosa, que mantenga la suavidad de la piel sin obstruir la respiración de la piel.
Una vez al mes realiza un ‘mini-spa’, prepara un recipiente con agua tibia, agrega sal gruesa y un aceite relajante y deja reposar 15 minutos. Liberarás el estrés que guardan al apoyarnos todos los días.
Si lo que desees es que tu pareja se detenga un buen rato a masajear tus pies comienza por conquistar su mirada y manos con unas uñas perfectamente cortadas –y en el caso de las chicas bien pintadas-, pues a nadie le gustaría darle masaje a unos pies de hobbit. Lo ideal es cortar las uñas después de lavarlos.
Una de las mejores inversiones para hombres y mujeres es un buen calzado, además de definir tu estilo al vestir, protege o destruye tus pies. Siempre debes garantizar la comodidad y evitar que los materiales que estén en contacto con tu piel sean sintéticos. Cambia diariamente de zapatos y calcetines o medias. Procura tener zapatos de descanso que permita que tus pies se relajen y respiren.
Nunca está demás hacer una visita esporádica a tu podólogo de cabecera, recuerda que tu mereces atención de buena calidad, y aunque sigas los consejos para mantener tu salud óptima, un especialista siempre sabrá cómo mejorarla.
Una vez que han llevado a cabo los consejos anteriores será más sencillo que sus parejas estén dispuestas a darles un masajito erótico en sus pies, y si ustedes son los masajistas no olviden dedicar miradas de placer e invitación mientras hacen movimientos circulares con sus dedos pulgares en la planta de la extremidad, será un canto de guerra para comenzar la batalla bajo las sábanas.
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