Los secretos de la cueva

28 diciembre, 2015 5 mins de lectura
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El deseo se alimenta de muchas cosas: de la transgresión, de lo secreto, de la novedad… La llama del deseo arde frente a un cambio de rutina y, también, ante la posibilidad de estar con la persona cuyo cuerpo anhelamos en un espacio en el que podamos cumplir fantasías, salir de la rutina, retozar en diferentes rincones, probar cosas nunca antes experimentadas y ¿por qué no? invitar a más de un ser a participar en nuestros jolgorios eróticos. Todo eso se logra fácilmente en la Suite Alberca del hotel Pirámides Del Valle.

Lo primero que emociona a sus habitantes temporales es la alberca que domina la mitad del cuarto, la cual se encuentra rodeada por mosaicos de colores y pantallas de televisión. En una orilla hay un asiento con chorros tibios de agua, es un jacuzzi, que genera unas deliciosas burbujas. Más allá, una cortina líquida se vuelve umbral para adentrarse a una cueva del amor. Así, tal cual: se trata de un espacio íntimo, oscuro, con una superficie más alta para que los amantes puedan acostarse. Enfrente de ellos tendrán una pantalla donde pueden ver y escuchar lo mismo que en las otras áreas de la suite.

Entre los aciertos del espacio se encuentra, precisamente, esa posibilidad de aislamiento, de estar dentro del agua, pero con la profundidad adecuada para poder retozar. El mosaico no es lo mejor para realizar posturas complicadas, ya que puede resultar peligroso; sin embargo, es magnífico para resguardar una rica sesión de besos y caricias. El escalón que divide la cueva de la piscina tiene una altura maravillosa para una sesión de sexo oral.

El jacuzzi que hay dentro de la alberca, en cambio, sirve mucho más para la penetración, pues cuenta con tubos que ayuden a que tú y tu pareja se sujeten y no pierdan la cadencia durante el ritual amoroso. El asiento ayuda a levantar las piernas, las que al flotar brindan una sensación diferente de cuando se encuentran en tierra firme. El bullir de los chorros en la piel excita.

El tamaño del jacuzzi permite la convivencia de varias parejas adentro a la vez, si así lo desean.

La habitación cuenta con dos camas king size (no demasiado altas, por lo que puedes realizar “el chivito al precipicio” sin miedo a caer. También puedes acomodar una parte del cuerpo fuera de la cama para probar nuevas travesuras.

En medio de ambos lechos hay una pasarela, que se puede usar para brincotear de un lado a otro, llegar directito a la profundidad de la excitante alberca, bailar u organizar una pasarela.

El Fajódromo, ese sillón de dos pisos que sirve para oralidades, sobadas, entradas y salidas al cuerpo ajeno, tiene un tamaño ideal incluso para hombres y mujeres altos o para que un par de parejas interactúen.

Su sistema de audio magnífico: hay diversas bocinas instaladas en todo el cuarto. Es posible conectar un reproductor externo a través de USB, de tal manera que puedas ambientar con aquellas melodías que más los excitan, los llevan a mover los cuerpos, a gozar al ritmo que deseen. Si llevan DVD o si se quieren conectar a YouTube mediante la señal de wi-fi también puedes compartir videos en todas las pantallas, además de que cuentan con cinco canales para adultos que ayudarán a levantar los ánimos de la concurrencia.

Para los más tranquilos, en una esquina hay un sillón colgante que no es precisamente cómodo para el ajetreo erótico, pero sí para el romanceo o el voyeurismo, pues cuando la fiesta se pone candente, los amantes de la observación encontrarán en él un trono desde el cual ver toda la acción. Los espejos, ubicados en lugares estratégicos, ayudan a llevar a cabo esa sexual misión.

La iluminación es atractiva: la luz es ámbar más que la blanca. Hay interruptores y lámparas en todo el espacio, así que es posible jugar con diferentes opciones según el ambiente que quieras recrear por la noche. Si vas durante el día, los tragaluces sobre la alberca te dan la idea de que estás de vacaciones, al menos durante cinco horas que dura tu estancia.

En el garaje privado caben dos automóviles, lo que permite la discreción. La atención del personal es buena. Se puede pedir room service a toda hora a precios accesibles.

Si son dos los felices adoradores de Eros que la renten, el precio es accesible para su tamaño y posibilidades. Si se arma la fiesta, es preferible sacar cuentas antes de llegar, pues la cantidad se eleva considerablemente. Pero, eso sí: esa cuevita del amor carnal no la encontrarán en ningún otro Love hotel.

Dirección:

José María Rico 632 (A una cuadra de Plaza Universidad)

Colonia Del Valle, Distrito Federal C.P. 03100,

México.

Tel:

5524 9350 (No acepta reservaciones)

Precio:

$1,500 pesos

Precio por persona extra:

$750 pesos

Estancia:

5 horas