Cuando se dice que en el mundo de los gustos hay de todo y para todos, efectivamente se refiere a TODO; hoy en día, las listas de prácticas sexuales y parafilias incluyen cosas inverosímiles, una más extraña que la otra. Pero eso sí, creemos que no todo es para todos; al menos no cualquier cosa entra en nuestra concepción de Kinky; si va en contra de nuestra filosofía esencial de vida, entonces NO es Kinky. Te ponemos algunos ejemplos (de los menos perturbadores).
En esta parafilia, el placer sexual se obtiene al tener relaciones con alguien que se encuentre dormido. Para empezar, no entendemos cómo ese alguien no se despertaría en medio de la acción; pero el principal motivo por el que no nos gusta esta práctica es porque la regla número uno del sexo Kinky es que sea completamente consensuado, y ¿cómo puede haber consenso si uno de los dos está inconsciente? No, no. 0% Kinky.
Se trata de la excitación producida por el dolor. Pero ¿cuál es la diferencia con el BDSM? ¿Por qué el sado/maso sí lo consideramos Kinky y la algofilia no? Porque en ésta última el elemento del erotismo se pierde, no importa el ambiente ni los accesorios, sólo se trata de sentir dolor y punto. Por supuesto, si no hay erotismo, no hay mood Kinky; no hay más.
La primera se refiere a la excitación producida por árboles, plantas, flores o frutos. La segunda es más conocida, se trata de interactuar con animales. En ambos casos nuestro argumento es el mismo: no es Kinky si no hay conciencia mutua del placer propio y ajeno; y en ninguno de estos casos podemos hablar ni de conciencia ni de placer mutuo. Prueba no superada. No es Kinky.
Excitación a través de darle choques eléctricos a la pareja. Mmm, no. Está bien que cada quien sus gustos, pero incluso si fuera consensuado (que quien recibe los choques estuviera de acuerdo), nunca promoveremos una práctica que tenga el potencial de dañar al otro. Cuando hay riesgo de dañar la integridad de otra persona, lo Kinky sale de la ecuación.
¿Queda claro ahora que no todo es para todos? Ser Kinky también es ser selectivo y elegir lo mejor para ti y para tu pareja.
¡Hazte Kinky!
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