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Imagina esta situación: eres una figura pública y un día decides que no necesitas usar ropa para pasar un momento tranquilo contigo. Y no estamos diciendo que necesariamente vayas a una playa nudista y te despojes de tus prendas, sino que, sin importunar a nadie, quieres sentir la brisa del aire en todo el cuerpo. Todo bien hasta ahí. Sin embargo, tiempo después alguien intenta chantajearte porque dice tener una fotografía tuya desnuda, te la envía y resulta ser de aquel día que decidiste pasar un rato sin ropa. Ahora, lo más probable es que esa persona intente vender la imagen al mejor postor. ¿Tú qué harías al respecto?
Pues Sia, la famosa cantante australiana, acaba de pasar por eso y lo que hizo dejó sorprendidos a sus seguidores. Cualquier persona pensaría que la salida fácil era pagar alguna cantidad de dinero para calmar a quien tenía la imagen. Sin embargo, eso no garantiza que la fotografía desaparezca o que en el futuro no existan posibles chantajes. Por lo tanto, Sia decidió que lo mejor era publicar directamente en su cuenta de Instagram la fotografía en cuestión y así evitar posibles negocios con ese material sensible.
En Let’s Kinky apoyamos la decisión de la cantante, pues nadie debe lucrar con la intimidad de otra persona, aunque en estos tiempos la desnudez ya no debería ser un motivo de intimidación. Tanto hemos avanzado en ese aspecto que incluso existen playas nudistas que permiten tener sexo en público y que cuentan con zonas meramente familiares, así como parques donde utilizar ropa es opcional auspiciados por gobernantes con la finalidad de alcanzar un cambio de mentalidad.
Además, en el caso de Sia, demostró tener una actitud muy Kinky pues siempre ha mantenido bien diferenciadas su vida pública y privada; por eso, tomar la decisión de ser ella misma quien reveló la fotografía que trató de ser vendida entre los seguidores de la intérprete de Chandelier, la hace ver como una mujer fuerte y segura de sí misma.
Tras el escándalo del celebgate del que recientemente fue víctima Kaley Couco, lo que realmente deberíamos preguntarnos es en qué momento algo tan natural como el cuerpo va a dejar de ser motivo de censura, chantaje y, hasta cierto punto, tema tabú.
¿Ya pensaste qué harías tú en una situación similar?
¡Hazte Kinky!
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