Sorpresivamente, este año la revista Time no eligió a un solo individuo como tal para reconocer a la Persona del Año. Mucho se habló de que tal vez el elegido para este fin sería Colin Kaepernick, jugador de futbol americano reconocido por encabezar protestas antirracistas en cada partido en Estados Unidos, sin embargo, no fue así. La incógnita se mantuvo a tal grado que Donald Trump declaró haber rechazado el nombramiento este año, pero la revista salió a desmentir que existiera tal ofrecimiento.
En realidad, Time decidió nombrar como Persona del Año a todos aquellos que se animaron a romper el silencio ante una situación de acoso sexual. Seguramente en algún momento viste en tendencia el hashtag #MeToo, surgido a raíz de las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein que lo señalaban como perpetrador de acoso sexual a mujeres y hombres desde hace décadas.
#MeToo pronto se convirtió en una plataforma que personas de todas partes del mundo comenzaron a utilizar para denunciar situaciones similares en la vida cotidiana, de parte de una figura de autoridad o incluso, hasta de un igual, quedando demostrado que hasta un “inocente piropo” era acoso, no un halago.
Los testimonios que se han recabado bajo este movimiento son suficientes para que la revista Time considere, al igual que Let’s Kinky, que estas denuncias han forjado un gran cambio social, pues según las propias palabras de Edward Felsenthal, editor en jefe de la revista, #MeToo “comenzó con actos individuales de valentía por parte de cientos de mujeres (y algunos hombres también) que dieron un paso adelante para contar sus propias historias”.
Sin embargo, este movimiento también ha sido blanco de críticas donde la cuestión más común a responder es “¿por qué denuncian después de tanto tiempo?”. Al parecer, se olvida que hablar de acoso siempre es complicado para la víctima, porque en pleno siglo XXI se sigue justificando al victimario. Por lo tanto, el miedo a los prejuicios impide que víctimas (hombres y mujeres) alcen la voz con lo que les sucede.
En Let’s Kinky siempre resaltamos que el respeto a la integridad propia siempre debe estar por encima de cualquier cosa. Y justo aquí es donde radica la importancia de #MeToo, pues se convirtió en un canal donde la gente encontró confianza y valentía para contar lo que pasaba y así, poder identificar las muchas caras de la violencia.
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