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Seguramente has escuchado hablar del famoso movimiento #MeToo con el cual muchas mujeres del medio artístico decidieron romper el silencio ante el acoso sexual e invitaron a todas las mujeres (fueran o no celebridades) a usar ese hashtag y compartir sus experiencias de abuso sexual.
La respuesta que recibieron fue impresionante, hombres y mujeres de todo el mundo se juntaron para contar sus historias y expresar sus palabras de apoyo a las personas afectadas. Oprah Winfrey y Meryl Streep fueron dos de las voces más famosas y polémicas que se expresaron en contra de los hombres poderosos perpetradores de esos actos tan aberrantes. También Salma Hayek habló al respecto del tema y nos regaló uno de los momentos más emblemáticos de los Premios Óscar 2018.
EL ABUSO SEXUAL DE JIMMY BENNETT
Hace unos días, se viralizó una noticia que sorprendió a todos. Asia Argento, actriz italiana hija del famoso director de películas de terror Dario Argento, abusó sexualmente del actor estadounidense Jimmy Bennett. El hecho sucedió en el 2013, en un hotel de Marina del Rey en Los Ángeles, California. En ese entonces, Bennett tenía 17 años y Agento, 37 años. Es decir, la actriz sostuvo relaciones sexuales con un joven que era menor de edad y a quien le lleva 20 años.
Jimmy Bennett declaró personalmente que la actriz intentó callarlo pagándole 380 mil dólares y que si él no había hablado era por “vergüenza y miedo a que su historia se hiciera pública”. Asia Argento primero declaró que las acusaciones eran falsas, pero después cambió su versión. Esta semana salió a la luz una fotografía de ambos actores acostados y, al parecer, desnudos en una cama, como confirmación de lo ocurrido. Argento entonces le dijo a un contacto cercano a ella que “sí habían tenido relaciones pero que no fue violación, y que fue Bennett quien se abalanzó sobre ella porque era su fantasía sexual”. Por su parte, Jimmy Bennett dice que la mujer “lo alcoholizó, recorrió su cuerpo con su boca, le hizo sexo oral e hizo que la penetrara”.
OTROS CASOS EN HOLLYWOOD
Actores como James Van Der Beek (protagonista de Dawson’s Creek), Terry Crews (lo recordarás por su actuación en ¿Y dónde están las rubias?) Rob Schneider (protagonista masculino de Este cuerpo no es mío) y Corey Feldman, han alzado la voz para contar sus propias historias. Fueron tocados de manera inapropiada, acosados, han recibido insinuaciones y peticiones de sexo a cambio de obtener papeles en películas. Básicamente las mismas acusaciones que realizaron las mujeres integrantes del #MeToo.
LOS HOMBRES Y EL ABUSO SEXUAL
Una violación o un abuso, representa un trauma para la víctima. Por ende, no es sencillo hablar del tema. De alguna manera, es exponerte ante los demás, aunque sea en busca de ayuda. Esa es la razón del porqué muchas víctimas admiten los abusos que han sufrido después de que ha pasado mucho tiempo. En el caso de los hombres, es el doble de difícil. Cuando un hombre intenta confesar que ha sido víctima de cualquier clase de acoso sexual (desde un toqueteo hasta una violación), suele recibir como reacción una burla o incredulidad. Es comprensible que Jimmy Bennett tuviera pena de admitir su caso.
LA DOBLE MORAL
Cuando las mujeres del #MeToo narraron sus historias, todos se conmovieron y las apoyaron. Con los hombres es distinto. La actriz Rose McGowan y Asia Argento se hicieron buenas amigas después de denunciar a Harvey Weinstein por haber abusado de ellas. Cuando se dio a conocer lo que Argento le hizo a Bennett, Rose McGowan expresó que “su corazón estaba roto”.
Otras actrices famosas han dicho que “no se le puede acusar sin saber la verdad de los hechos”, “que tiene un comportamiento sexual errático porque fue víctima de lo mismo”, entre otras declaraciones que son inauditas. ¿Por qué en ningún momento se dudó de que Harvey Weinstein, Kevin Spacey o Bill Cosby fueran unos violadores? Además, no sólo los hombres abusan de otros hombres, las mujeres también lo hacen.
HAY QUE PERDER EL MIEDO AL QUÉ DIRÁN
En Let’s Kinky creemos firmemente en que es momento abrir los ojos. Cualquier persona puede ser víctima de un abuso sexual y todos deben saber que cuando no es sí, es no. Si un hombre no da su consentimiento o no quiere mantener relaciones sexuales con alguien, no se le debe obligar. Existen muchas historias de hombres que fueron violados por mujeres y no hay ningún pretexto para minimizar dichos eventos.
El mismo diálogo y la misma apertura que existe para reconocer a las víctimas femeninas, debe haber para las masculinas. Los hombres deben dejar de lado la vergüenza y la sociedad debe dejar de etiquetarlos, sólo así todos podremos gritar #MeToo por igual.
Ser Kinky es combatir las injusticias. ¡Hazte Kinky!
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