Cuando se habla de cáncer de mama, siempre se les habla a las mujeres; sólo piensa en todas las campañas desplegadas durante este mes, ¿has visto a hombres en el centro de la información? Es ésta una campaña tan femenina que el moño rosa es su estandarte; sin embargo, esta enfermedad puede también afectar a los hombres, y en Let’s Kinky, en un ánimo de equidad, deseamos visibilizar este mal.
Si bien la incidencia de cáncer de mama en hombres es muchísimo menor que en las mujeres (un varón por cada cien mujeres afectadas), hay un factor que lo vuelve quizá más peligroso para ellos que para ellas: cuando un hombre tiene un bulto en la mama, la mayoría de los médicos lo desestiman y diagnostican de inmediato quistes o cúmulos de grasa. Mientras que en el caso de la mujer, cualquier bolita es señal de alerta e implica todos los estudios y atenciones correspondientes.
Por otro lado, ellos tienen una ventaja: puesto que el tejido glandular de la mama masculina es muchísimo menor que el de la femenina, es más sencillo identificar el crecimiento anormal de algún bulto o bolita. Las señales de alerta son las mismas que para las mujeres: crecimientos anormales, enrojecimientos, pezón invertido o retraído o segregación de algún líquido por el pezón.
Algo curioso y relevante: muchos hombres que han padecido esta enfermedad afirman que quien se dio cuenta del bulto o anormalidad fue su pareja, no ellos. Por lo tanto, hoy queremos animar a todos los que nos leen (sin importar género) a cuidarse y cuidar también de sus parejas: tóquense a ustedes mismos y toquen a su pareja; ¡pidan que los toquen! Que las caricias sean verdaderas muestras de amor y no se limiten a la búsqueda del placer.
Recuerda que al cuidar a tu pareja te cuidas a ti mismo, y viceversa. ¡Tóquense siempre!
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