Bikini Fever: la prenda de dos piezas que cambió la historia para siempre

Tal vez tus abuelas recuerdan cuando las playas eran un desfile de trajes de baño de una sola pieza rigurosa. Y, evidentemente, esos días han quedado en el pasado, ya que con la llegada del bikini se revolucionó el mundo playero y esta prenda de dos piezas separadas se convirtió en un ícono de la moda veraniega.

Antes del bikini, las mujeres se veían obligadas a cubrirse con trajes de baño que dejaban poco espacio para la sensualidad y la comodidad. Pero, de repente, en la década de 1940, apareció esta pequeña prenda de dos piezas y todo cambió. ¿Cómo ocurrió? Aquí te lo vamos a contar.

La mayoría de los recuentos de la historia del traje de baño comienzan mencionando los atuendos que usaban las gimnastas romanas durante el siglo IV. Estos looks se usaban durante la práctica, así como en la competencia, y consistían esencialmente en bandeaus y cierto tipo de bikinis. Incluso, en zonas como la Polinesia se utilizaban cocos para cubrir las boobs y una especie de pareo de rafia natural u otras hojas como vestimenta, que se utilizaba no solo en la playa, sino en cualquier lugar. Sin embargo, con el paso del tiempo, cuando los occidentales y sus ideas santurronas se adentraron en esos territorios, se prohibió utilizar este tipo de vestimenta y se procedió a elaborar prendas que cubrieran casi por completo el cuerpo de la mujer.

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La evolución del traje de baño

Una de las primeras mujeres en desafiar y combatir esas normas de pudor y moralidad, fue la nadadora y estrella australiana del cine mudo, Annette Kellerman, quien vistió un traje de una sola pieza ceñido a su cuerpo en la playa. Sin embargo, en la década de 1900, causó tal alboroto que la “rebelde” fue arrestada por “exhibición indecente”. ¿Te imaginas?

En 1940, los trajes de baño se volvieron más liberadores. Los diseñadores aprovecharon el racionamiento de telas durante la Segunda Guerra Mundial y fue ahí cuando nació el traje de baño de dos piezas, que después se transformaría en bikini. Si bien este traje de baño les dio a las mujeres la opción de mostrar mucha más piel, aún cubría por completo el ombligo, las caderas, los glúteos y los senos. En 1946, el diseñador parisino Jacques Heim presentó el “traje de baño más pequeño del mundo”, llamado atome. Poco después, Louis Réard (otro francés) diseñó un traje de baño aún más pequeño y lo llamó le bikini. Ambos nombres de los diseños se inspiraron en la guerra nuclear que los rodeaba, aunque el último causó un mayor revuelo: se presentó solo cuatro días después de que Estados Unidos comenzara a probar bombas atómicas en el atolón Bikini. Réard debutó con su bikini en un desfile de moda en París. De hecho, le costó trabajo encontrar a alguna mujer con suficiente carácter como para modelarlo, ya que muchas lo rechazaron por su pequeñez. Fue la corista Micheline Bernardini quien se atrevió y mostró con orgullo el diseño. El corte revelador del bikini se consideraba a la vez liberador y escandaloso, ya que dejaba ver el ombligo de quien lo vestía.

Con su diseño atrevido y sugerente, el bikini rápidamente se convirtió en el centro de atención en las playas de todo el mundo. Las mujeres se liberaron de las restricciones de los trajes de baño tradicionales y abrazaron la oportunidad de mostrar su cuerpo con confianza y estilo. Comenzaron a ponerse de moda entre las mujeres europeas de clase alta; y en 1951, Eric Morley organizó el Festival Bikini Contest, que después evolucionó para convertirse en lo que ahora tú conoces como Miss Universo. Kiki Hakansson de Suecia, la primera ganadora del concurso, fue coronada en bikini.

Entonces, comenzó a prohibirse por todos lados. El Papa Pío XII criticó a Hakansson y calificó al bikini como “pecaminoso”. Posteriormente, los bikinis fueron prohibidos en los concursos de belleza de todo el mundo. Países como Bélgica, Italia, Portugal y España también prohibieron este tipo de trajes de baño.

Una vez que llegaron los años 60, las normas sociales cambiaron. Los dobladillos se acortaron y la ropa informal se volvió más aceptada. A medida que la revolución sexual se impuso, los bikinis se hicieron repentinamente omnipresentes: la canción de Brian Hyland de “Itsy Bitsy Teenie Weenie Yellow Polka Dot Bikini” encabezó las listas de éxitos, lo que provocó un auge en las ventas de bikinis, reflejando que el bikini no solo era una prenda de moda, sino un símbolo de empoderamiento femenino. Rompió con los estereotipos establecidos y desafió las normas sociales de la época. Las mujeres se apropiaron de su propia belleza y se negaron a ser juzgadas por la cantidad de piel que mostraban. Desde entonces, el bikini ha evolucionado en innumerables estilos, colores y estampados. Las posibilidades son infinitas: desde los clásicos de triángulo y tanga, hasta los sofisticados de cintura alta y los deportivos de neopreno. ¡Hay un bikini para cada gusto y personalidad! ¿Cuál es tu favorito?

Además de su impacto en la moda, el bikini también ha influido en la cultura popular, protagonizando películas icónicas y convirtiéndose en un elemento imprescindible en los destinos de playa más famosos. Así que, la próxima vez que te pongas tu bikini favorito, recuerda el legado que llevas puesto. El bikini cambió las reglas del juego en la playa y continúa haciéndolo hasta el día de hoy.

¡Brilla bajo el sol, disfruta del verano y muestra tu estilo sin límites!

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