¿Has oído hablar de esta tendencia? No es nueva, pero está de moda y, por lo tanto, se habla de ella y ha generado todo tipo de reacciones. La palabra viene de la unión de dos palabras del inglés: brother (hermano) y job (chamba o trabajo). Y no, no se refiere a un hermano ayudando a otro en un problema laboral.
En el ámbito sexual, la palabra anglosajona job se puede traducir perfectamente al español de México como “chambita”, de ahí su uso en palabras como blowjob (hacer una chambita con la boca) o boobjob (hacer una chambita con los senos); si seguimos la misma lógica, el sentido de la práctica que nos ocupa hoy se explica solo: es una chambita entre “hermanos” o “carnales”.
Esta actividad es explicada por los hombres que la practican como: “tener sexo con hombres, sin por ello considerarnos homosexuales”; ellos mismos aseguran que los besos en la boca no son comunes, puesto que lo que los mueve es el mero placer físico y no la atracción por el otro. En resumen, esta comunidad intenta dejarnos claro que tener relaciones con alguien de tu mismo sexo no te hace necesariamente homosexual.
Lo más interesante del caso son las reacciones suscitadas, las cuales rayan en una doble moral evidente y – tristemente – bastante típica de nuestra sociedad. Muchos suelen comentar: “¡que no se hagan tontos, son p… (ya sabes, esa palabra tan mexicana)!”. Curiosamente, esas mismas personas suelen aceptar (e incluso incentivar) sin mayor problema la curiosidad sexual de una fémina hacia otra sin exclamar “¡que no se haga tonta, es lencha!”.
Quede la reflexión sobre la mesa: independientemente de la preferencia sexual de quien practique el brojob, ¿por qué insistimos, como sociedad, en aplicar diferentes estándares morales para hombres y para mujeres? ¿Por qué nos empeñamos en categorizar tajantemente a las personas como hetero u homo, cuando el espectro sexual es casi tan amplio como la diversidad de seres humanos?
¡Recuerda que reflexionar y respetar te hace Kinky!
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