Primero que nada, recuerda que es completamente normal que las parejas, después de cierto tiempo juntos, comiencen a caer en rituales rutinarios que disminuyan (o eliminen) esa pasión y espontaneidad del inicio de la relación. Así que lo más importante es que no te flageles ni pienses que esto es sinónimo del fracaso de su relación; es algo normal, que les sucede a casi todas las parejas y que se puede solucionar.
¿Cuánto tiempo después de iniciada la relación suelen empezar a caer en la rutina? No hay respuesta fija para esto, dependerá totalmente de cada relación en particular; algunas parejas caen en la rutina al año de vivir juntos, otras a los diez años… no hay regla a ese respecto, pero lo que sí es que es muy importante que se hable el tema para que se empiece a solucionar porque, de lo contrario, solo podría empeorar la situación.
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Asumamos entonces que tú ya te diste cuenta de que han caído en la rutina: ya casi no hacen el amor, o cuando lo hacen siempre es en la misma posición sexual; siempre van a los mismos lugar o hacen las mismas cosas y no hay nada nuevo e interesante en su relación. Sabes que tienes que hablarlo con tu pareja, pero no sabes cómo abordar el tema para no herir susceptibilidades; con calma, aquí te decimos cómo puedes hacerlo.
Una relación de pareja siempre es de dos, por lo tanto, nunca hay un único culpable de algo: si les va bien, es mérito de ambos; si la relación se está deteriorando, es también responsabilidad de ambos. En este tenor, es importante que siempre hables en plural (“siento que estamos cayendo en la rutina, que ya no experimentamos, etc.”) y evites hablar en segunda persona y echar culpas (“tú ya no me buscas, ya no me tocas, etc.”)
En esto como en cualquier otro tema con el que no estés conforme, de nada sirve que solo llegues con el otro a quejarte; eso muestra negatividad y falta de iniciativa y ganas de mejorar. Así que procura proponer opciones de mejora después de exponer la situación; es decir, el discurso debe ser: “está pasando esto que no me gusta y te propongo que hagamos esto para mejorar o cambiar la situación”.
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Tocar estos temas a veces puede ser retador porque la otra persona puede fácilmente malinterpretar las cosas: puede pensar que ya no quieres estar en la relación o que es su culpa todo. Para evitar lo anterior, procura siempre hacer énfasis en que lo/la amas y que no quieres separarte, que por el contrario, el amor es tanto que vale la pena platicarlo e intentar mejorar juntos. Esto tranquilizará mucho a tu pareja.
Si de plano te da mucha pena abordar el tema directamente, puedes intentar un primer paso que sería comunicarlo de manera indirecta; por ejemplo, proponle que una noche jueguen juntos e invéntate un juego tipo “verdad o reto” en el que se confiesen fantasías sexuales, cosas que te gustaría que hicieran juntos, fetiches, etc. Si eso no abre la puerta a que las cosas empiecen a cambiar, entonces no te quedará más que abordarlo de forma directa, pero siempre amorosa.
¡Hazte Kinky!
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