Todas las parejas discuten, muchas pelean en determinados momentos y algunas – tristemente más de las que nos imaginamos – llevan las peleas al límite y terminan estropeando poco a poco su relación entre insultos, berrinches, gritos, chantajes y hasta agresiones físicas. Antes de que eso suceda, checa los consejos que te damos para detener una pelea antes de que salgan lastimados.
Es un hecho que la respiración nos ayuda a controlar todo lo que tiene que ver con las emociones desbocadas. Respira poniendo toda tu atención en ello, no pienses en otra cosa, sólo aplica la regla del 5: inhala profundamente mientras cuentas hasta 5 y exhala en otros 5 tiempos; repite 5 veces. Después de eso dedica un minuto a pensar en las cosas buenas de tu pareja, esas que te cautivaron y te hacen querer estar a su lado.
Hablarle al otro con amor es fácil cuando todo está bien, pero en una pelea requerirá de un esfuerzo muy consciente, pues al calor de los ánimos, las groserías son lo primero que nos sale de la boquita. Sin embargo, recuerda que somos animales racionales y tenemos la capacidad de controlar nuestros impulsos (sólo hay que practicar); así que cuando quieras responder de forma grosera, aguántate e introduce en tu respuesta una pequeña frase amorosa, como: mi amor, chiquita o cualquier palabra de cariño que suelan utilizar. Esto calmará los ánimos de inmediato.
Este es el consejo más importante para los momentos críticos. ¿Cuáles son los momentos críticos? En cuanto identifiques que empiezan a levantar la voz, que comienzan a insultarse y/o cuando sientas que el enojo te está dominando; entonces, pongan en pausa la discusión y váyase cada quien por su lado. Relájate, piensa por qué empezaron a pelear y si lo crees necesario, escribe lo que sientes para que después, ya con calma, puedas expresárselo a tu pareja. La pausa debe durar hasta que ya los dos se encuentren más tranquilos y centrados.
No olvides que, inevitablemente, todo lo que expresamos parte de nuestra percepción individual de las cosas; nunca seremos completamente objetivos pues cada quien ve las cosas desde su óptica. Algo que suele encender las discusiones más de lo normal es la intención de que mi pareja piense como yo o que acepte lo que estoy diciendo como la verdad absoluta; esto será percibido por el otro como una agresión. Para evitarlo, procura siempre expresarte con frases como: “yo siento que, yo percibo que, mi sensación es que, a mí me parece que…”.
Desde chiquitos nos dicen nuestros papás: “¡no interrumpas, es de mala educación!”; pero parece que nos cuesta mucho trabajo aprenderlo. En las discusiones de pareja, interrumpir no es sólo de mala educación sino que también es la causa principal de que empiece a arder Troya: no dejamos acabar de hablar a nuestra pareja y, para imponernos, levantamos la voz; el otro hace lo mismo hasta que ya nos estamos gritando. Lo que tienes que hacer es escuchar, escuchar todo lo que tenga que decir y morderte la lengua cuando quieras interrumpir.
Te aseguramos que con voluntad y estos consejos, las peleas se volverán pronto discusiones más maduras y tranquilas; ahora que si eso no ocurre, reflexiona seriamente la dinámica de tu relación y considera si es la más adecuada y si te hace feliz. ¡Dinos cómo te fue aplicando estos tips Kinky!
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