Las películas porno ya dejaron de ser tabú y, por supuesto, con el crecimiento de la demanda ha crecido la industria; aunque mucha gente se sorprende de que existan sitios de paga (puesto que el contenido gratuito es incontable), estos portales desean que el público conozca sus espacios y aprecie la diferencia de calidad, por lo que nos obsequian todo un día de sus contenidos gratuitos.
Los largo y cortometrajes de corte erótico han pasado de ser un tema casi prohibido – y hasta vergonzoso – a convertirse en una herramienta más para explorar nuestra sexualidad, tanto individualmente como en pareja. Ya quedaron muy lejos los tiempos en que ver porno era considerado casi una deshonra y, por lo tanto, pocos se atrevían a confesarlo.
Ver porno hoy, deja al feminismo lejos de una lucha de género para convertirse en una aspiración humanista de pareja en la que, las experiencias que todos vivimos en la cama y por las que hemos transitado, por fin tienen voz; de esta manera, se rompen las barreras poniendo al cuerpo como protagonista del intercambio erótico en pareja.
Existen estudios que comprueban que ver porno en pareja puede resultar favorable para la relación en muchos aspectos: elimina prejuicios, aumenta la libido, nos da ideas y propicia fantasías. Así que es momento de dejar a un lado el miedo o la pena y proponerle a tu pareja ver algún contenido erótico; si ambos están de acuerdo y lo hacen sin aprensiones pueden descubrir nuevas y sorprendentes formas de erotizarse y vivir su sexualidad.
Recuerda nuestra regla Kinky: nada es malo si no afecta mi integridad o la de terceros; así que aparta un huequito en tu agenda este jueves y descubre alternativas para ejercer sanamente tu sexualidad.
¡Hazte Kinky!
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