Dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo y la verdad es que el conocido refrán aplica casi para cualquier cosa. Obviamente, no se refiere a que tengamos que llegar a viejos para por fin saber cómo funciona la vida, se refiere a que no existe mejor maestro que la experiencia, ya que la mayoría de las artes (incluidas las artes amatorias) se van dominando y perfeccionando con los años, con la práctica.
¿Recuerdas aquellas primeras experiencias sexuales de tu vida? Cuando no sabías muy bien cómo colocarte, dónde tocar al otro, qué hacer con tu lengua sobre un cuerpo ajeno… ¿Recuerdas lo que según tú era un orgasmo en tus primeras relaciones? ¿No te ocurrió que, tiempo después, te encontraras exclamando “¡y yo que creía que aquellos eran orgasmos!”? Pues no, no lo eran; de hecho hay quien dice que los verdaderos orgasmos se tienen a partir de los 30 (¿será?).
Lo que es innegable es que la práctica hace al maestro. Por lo mismo, es contradictorio y hasta ridículo lo que nuestra sociedad suele hacer: des-sexualizar a las personas después de los 50, ¿lo has notado? Toda la industria del sexo y el placer (publicidad, productos y hasta información) está enfocada en los jóvenes, como si una vez llegados los 50 o 60 años, nuestros cuerpos dejaran de sentir deseo, como si el sexo y el erotismo fueran exclusivos de cuerpos jóvenes y esculturales.
Siendo lógicos y congruentes, debería de ser al revés ¿no crees? Conforme pasa el tiempo, nos conocemos mejor y ese autoconocimiento se refleja tanto fuera como dentro de la cama. Si no te hemos convencido, aquí van 5 razones por las que el sexo definitivamente es mejor con los años:
Has ido aprendiendo – a fuerza de buenas y malas experiencias – qué te gusta y qué no en la cama, tienes mayor claridad sobre tus zonas erógenas y cómo te gusta que las estimulen; eso trae como consecuencia que disfrutes más y mejores. Lo mejor de todo es que ya no te da pena decir y aceptar el qué, cómo y dónde de tu sexualidad.
Qué difícil es decir que no, especialmente cuando somos jóvenes; y en terrenos sexuales esto puede conllevar algunas experiencias no tan agradables. Imagina que tu pareja te propone alguna práctica alternativa, explorar fetichismos o simplemente que no tengas ganas de tener relaciones en ese momento; cuando nos falta madurez, puede que cedamos a ciertas cosas aunque no lo deseemos de verdad. En la edad adulta estás mejor preparado para decir que no, sin temor a “quedar mal”.
Así como sabes decir que no, también tienes más determinación para no esperar a que el otro proponga y tomar la iniciativa tú: proponer ir a lugares distintos, disfrazarse, hablar sucio, cambiar de escenarios para hacer el amor, etc. Estás en un momento de tu vida en que no te vas a quedar con las ganas sólo por no preguntar.
Conste que no sólo nos referimos al tamaño del miembro (aunque también aplica), sino a todo lo que implica un encuentro sexual: tienes clarísima la importancia de sexo, pero también sabes que no necesitas tenerlo todos los días, tres veces al día, que no necesitas un pene de 30 centímetros, que no es vital que el encuentro dure horas; has aprendido que la calidad sobrepasa por mucho a la cantidad.
¿Tú qué opinas? ¿Realmente crees que el sexo es como los mejores vinos? ¡Danos tu opinión y Hazte Kinky!
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