Hay zonas erógenas que compartimos con casi todas las personas de nuestro sexo, como las áreas genitales. Sin embargo, hay otras que varían según las sensibilidades, las historias, las filias e incluso los prejuicios de cada quien. Algunos se derretirán con un beso en el cuello, otros con un roce en los muslos, otros con una lengua sobre los dedos de sus pies y habrá quien se revuelque de placer con el toque de su rodilla.
El problema es que, por pena o falta de costumbre, no siempre le comunicamos a la pareja cuáles son esas zonas que nos hacen trepar por las cortinas de placer. Pero hoy resolveremos esa situación y te compartiremos algunos juegos en pareja que te ayudarán a descubrir las muy particulares zonas erógenas de tu pareja, siempre de forma Kinky, siempre divirtiéndose y, por supuesto, gozando.
Un juego muy sencillo pero eficaz. Se trata de que te pongas frente a tu pareja, sin ropa, y comiences a tocarte poco a poco: recorre todo tu cuerpo y, justo cuando llegues a tus zonas más erógenas, haz algo que evidencie que es una de tus zonas favoritas: puede ser un gemido sensual o aumentar tu respiración. Disfruta el tocarte a ti mismo(a) y, por qué no, incita a que tu pareja se toque también.
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Toma una pluma (de ave, no para escribir), véndale los ojos a tu amorcito, pon música sensual y pídele que se olvide de todo y solo se dedique a disfrutar. Entonces, comienza a recorrer el cuerpo desnudo de tu pareja con la punta de la pluma. Lo importante aquí es que generes la atmósfera adecuada y que seas muy observador(a), que estés atento(a) a las reacciones corporales de tu pareja, las cuales te revelarán sus zonas erógenas preferidas.
Este juego les encantará y además les permitirá comunicarse de forma lúdica pero completamente honesta. La idea es la siguiente: tu pareja se recuesta sin ropa y tú comienzas a recorrer todo su cuerpo con la lengua; tu pareja irá diciéndote, del 1 al 10 cuánto le prende la zona que estás lamiendo en ese momento; así ambos disfrutan muchísimo y tú puedes ir tomando nota de los lugares a tomar en cuenta.
Uno de nuestros juegos favoritos ya que despertará su creatividad e imaginación, pueden jugarlo a distancia y generará mucha intimidad. Primer paso: enlista tus zonas erógenas favoritas de menor a mayor preferencia (no se lo comuniques a tu pareja), luego tendrás que tomarte fotos (selfies) de cada una de las zonas elegidas, pero lo interesante es que sean fotos creativas, artísticas y que no revelen de inmediato de qué parte de tu cuerpo se trata.
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Entonces, ve enviándole a tu pareja las fotos una a una (en orden ascendente de preferencia). La otra persona tendrá que adivinar qué parte del cuerpo está retratada en la foto y, cuando adivine, responderá con su propia foto. Como puedes ver, además de aprender las zonas erógenas favoritas de tu compañero(a), será una actividad sumamente erótica que incluso puede servirles de foreplay para después.
Como en el Pictionary habitual, necesitarán un plumón y un pequeño pizarrón. Pasa al frente y, sin hablar, dibuja en el pizarrón una zona erógena que te vuelva loco(a). Si tu pareja adivina en menos de un minuto, tendrá un premio: pedirte que le hagas algo sexy en ese momento. Vayan cambiando de turnos con la misma dinámica y verán que después de cuatro o cinco turnos, querrán abalanzarse el uno sobre el otro.
¡Hazte Kinky!
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