Dentro de la industria farmacéutica, existen una infinidad de métodos anticonceptivos disponibles para las mujeres: condones femeninos, pastillas, dispositivos intrauterinos (como Kyleena), parches, inyecciones, anillos, implantes subdérmicos, espermicidas, entre otros, incluyendo la ligadura de las trompas de Falopio.
Por otro lado, la variedad de métodos anticonceptivos disponibles para los hombres es mucho menor. Si un chico quiere cuidarse, solo cuenta con el condón masculino y la vasectomía. Sin mencionar otros métodos con una menor efectividad, como el Coitus interruptus, que consiste en retirar el pene de la vagina antes de la eyaculación. Por esta razón, médicos y científicos trabajan arduamente para desarrollar otros anticonceptivos masculinos como la inyección y la pastilla.
La pastilla anticonceptiva para hombres es un método oral experimental cuyo componente principal es testosterona modificada que combina las acciones y propiedades de los andrógenos u hormonas masculinas (como la testosterona), y de las progestinas u hormonas femeninas (como la progesterona).
El objetivo final de esta píldora anticonceptiva es reducir la cantidad de espermatozoides presentes en el semen para evitar que sean los suficientes para fecundar el óvulo y, por lo tanto, prevenir embarazos. No solo se busca que sea un método efectivo, también que sea seguro y que sus efectos secundarios sean mínimos.
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La duda más grande de muchas personas es por qué si estos métodos anticonceptivos ya existen, no se pueden utilizar de manera comercial todavía. Pues bien, en el 2016 se realizó un estudio para comprobar la eficacia de la inyección anticonceptiva para hombres y algunos chicos tuvieron que abandonar el estudio debido a los efectos secundarios, tales como: acné, depresión y disminución del libido.
Sin embargo, este año ha resurgido la esperanza. Este fin de semana se llevó a cabo la reunión anual de la Endocrine Society (ENDO 2019) en Chicago, Estados Unidos y se presentaron los resultados de un nuevo estudio enfocado en la píldora anticonceptiva para hombres. La buena noticia es que son muy alentadores.
El estudio se practicó en 83 hombres de entre 18 y 50 años que fueron divididos en grupos para recibir distintas dosis del medicamento: 100, 200 o 400 miligramos. La prueba duró 28 días y en los tres casos pudo verificarse una reducción considerable de la testosterona en la sangre, comparable con el nivel de testosterona que presenta un hombre después de una castración química o quirúrgica.
Además, los efectos secundarios de la pastilla fueron casi nulos en la mayoría de los casos y todos son reversibles al suspender el tratamiento. Es decir, a diferencia de la inyección anticonceptiva masculina, en este punto se puede decir que este método ha pasado la segunda prueba de efectividad y seguridad, aunque no se puede cantar victoria todavía.
La teoría dice que con un nivel tan bajo de testosterona, la producción de esperma también se debe ver afectada. En este estudio no se midieron los espermatozoides, por lo tanto, aún no se ha comprobado esta hipótesis. El siguiente paso es hacer dicha medición, y que el estudio dure tres meses como mínimo para que se pueda verificar que no haya ningún daño al hígado (efecto secundario común con el uso de testosterona).
Aunque todavía no es un método anticonceptivo disponible de manera comercial, los avances científicos están cada vez más cerca de ofrecer una nueva opción que sea segura para los hombres. Porque la sexualidad saludable no es solo responsabilidad de las mujeres. Sin embargo, no se debe descartar el uso del preservativo porque sigue siendo el único método de barrera que protege de las Infecciones de Transmisión Sexual.
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