No vamos a negarlo, el porno es parte de nuestras vidas y – a la mayoría – nos gusta. Pero una cosa es que disfrutemos verlo de tanto en tanto, incluso con nuestra pareja, y otra cosa es que pensemos que el sexo es, en realidad, como nos lo pintan en los videos porno. Aunque te cueste creerlo, muchas de las cosas que hacemos en la cama las hacemos – hasta de forma inconsciente – porque las vimos en alguna peli para adultos y esto nos lleva a cometer graves errores.
No se trata de dejar de ver porno, se trata de tener muy claro que, aunque el sexo sea real entre los actores, al final no dejan de ser eso: actores, y la película es eso: ficción. Tratar de que nuestras relaciones sexuales sean como en el porno es igual de ridículo que querer trepar muros como el Hombre Araña o esperar que nuestras relaciones románticas sean como en las películas de Hollywood. Lo sentimos, la realidad no es así. Así que checa las cosas que quizá le creiste al porno, pero que son pura mentira:
Empecemos por lo más evidente: los cuerpos de los actores. Las mujeres depiladas como delfines (ni un solo vello), sus vulvas rosadas y súper estéticas, cero lonja y tetas exquisitas. Los hombres con cuadritos en el estómago y un miembro de longitud paranormal. Esos son los estereotipos de belleza que nos muestra la mayor parte del porno; claro, dentro de las mil categorías y géneros de pornografía que existen, hay algunos que van en contra de esos cánones (bien dicen que para todo hay gustos), pero no son la mayoría.
La realidad es muy diferente: la mayoría de las mujeres prefiere conservar el vello de su zona íntima, algunas lo recortan o arreglan, pero pocas deciden andar a rape por mero gusto; las vulvas vienen en múltiples formas, tamaños y colores, muchas mujeres tienen lonjita y sus tetas no siempre son rebosantes. Por su lado, los hombres que tienen cuadritos en el vientre son contados y el tamaño promedio del pene va de los 11 a los 16 cm. (dependiendo del país), así que respecto al físico de las personas, el porno nos suele contar puros cuentos.
Muchas veces te lo hemos dicho, pero parece que el porno está decidido a contradecirnos: la mayoría de las mujeres no alcanzan el clímax con la mera penetración, necesitan estimulación externa (del clítoris). Pero claro, lo que ves en los videos porno suele ser a un hombre que penetra mecánicamente a la mujer como si solo se tratara de entrar y salir por el mayor tiempo posible. ¡Mentira! Para que no la riegues, checa esta lista de cosas que haces en la cama y las mujeres detestan.
Una de las peores mentiras, aceptémoslo. En el porno, casi sin excepción, el hombre eyacula felizmente sobre el rostro y/o los pechos de la mujer mientras que ella, no solo recibe el semen con gracia, sino que además parece morir de la emoción y la excitación, cual si estuviera degustando miel pura. No señores, lamentamos decirles que no suele ser así, de hecho, esto podría causarles una de las peores peleas de su relación, así que no se les ocurra hacerlo sin antes preguntarle lo que opina.
En el porno, pareciera que mientras más grande es lo que se les introduce a las chicas, éstas gozan más; simplemente piensa en las muchas prácticas que tienen esta idea como premisa (doble penetración, fisting, dildos enormes, monster cocks, etc.); todo eso nos hace crearnos una idea falsísima: que las mujeres tienen una cavidad vaginal (o, peor aún, anal) que se puede expandir hasta el infinito sin dolor. ¡No, no y no! La realidad es que estás trabajando con una de las zonas más sensibles del cuerpo femenino y no solo no es placentero, sino que puede ser muy traumático para ellas.
En las películas porno, las mujeres siempre llegan al orgasmo, no una ni dos, sino muchísimas veces; además, pueden pasar 40 minutos de sesión gimiendo extasiadas como si el placer fuera constante; no conformes con eso, muchas eyaculan una y dos veces como si fuera súper común y sencillo. ¿Pero qué creen? ¡Todo eso es actuación, no realidad! Una actriz porno, entrevistada en el documental Turned On de Netflix, confiesa que muchas veces el squirting no es más que orina pues no todas las actrices pueden eyacular.
¡Y todavía nos falta la mitad! No te pierdas muy pronto la segunda parte de las grandes mentiras del porno.
¡Hazte Kinky!
Y mientras esperas la segunda parte, chécate La Guía Kinky para acariciar a una mujer como se debe