La ligadura de las trompas de Falopio, a veces conocida también como “ligadura tubárica”, es una opción quirúrgica para las mujeres que ya no quieren tener hijos. Este procedimiento ambulatorio implica bloquear o cortar las trompas de Falopio, lo cual impide que los óvulos liberados de los ovarios viajen hacia el útero (donde los óvulos pueden ser fertilizados), por lo que se trata de un procedimiento definitivo.
Si bien la ligadura de trompas es altamente efectiva para prevenir embarazos, como todo en la vida no es 100% seguro; se estima que una de cada 200 mujeres puede quedar embarazada después de la ligadura de trompas. Además, este procedimiento puede aumentar el riesgo de un embarazo ectópico, que es cuando un óvulo fertilizado se implanta en las trompas de Falopio en lugar de en el útero; esto puede ser muy riesgoso, por lo que hay que estar pendiente de los síntomas.
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Cuando un cirujano realiza una ligadura de trompas, las trompas de Falopio se anudan, sellan, atan o de plano se cortan para impedir el paso de los óvulos. En casos muy excepcionales, puede presentarse un embarazo después de un tiempo si las trompas de Falopio vuelven a crecer y a unirse después de este proceso; esto, aunque poco común, tiene más prevalencia en mujeres jóvenes menores de 28 años.
Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, las tasas de casos de embarazo después de la ligadura de trompas son: 5% en mujeres menores de 28 años, 2% en mujeres entre 28 y 33 años y 1% en mujeres mayores de 34 años. Como puedes ver, en mujeres mayores de 28 años (que suelen ser las que más optan por un procedimiento definitivo) el porcentaje de seguridad es uno de los mejores tomando en cuenta toda la variedad de anticonceptivos existentes.
Como ya te explicamos antes, un embarazo ectópico se da fuera del útero (que es donde debería darse); el óvulo fertilizado se implanta en una trompa de Falopio y esto puede causar la ruptura de la misma, lo cual puede devenir en hemorragias internas, shock interno y hasta la muerte si no se trata adecuadamente. Aunque no son muy comunes, es importante que sepas que es algo que puede suceder.
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Tener una cirugía pélvica previa (por ejemplo, una extracción de miomas) o haberse ligado las trompas de Falopio puede aumentar el riesgo de un embarazo ectópico; también el uso del dispositivo intrauterino (DIU) puede aumentar el riesgo. Los síntomas iniciales suelen ser los mismos que en un embarazo normal, pero como la mujer está segura de que “no se puede embarazar”, entonces lo deja pasar y le achaca los síntomas a otra cosa.
Pero, además de los síntomas tradicionales, un embarazo ectópico pueden incluir fuerte dolor abdominal, sangrado vaginal leve, dolor y presión en la pelvis especialmente durante las evacuaciones intestinales. Si tienes alguno(s) de estos síntomas, acude de inmediato a tu ginecólogo(a) para que descarte un embarazo ectópico y revise que estés bien; recuerda que siempre tu salud es lo más importante.
¡Cuídate y Hazte Kinky!
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