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En temas de sexualidad, estamos acostumbrados a que todo, tanto quejas como sugerencias, vayan enfocadas a tener más y mejor sexo. Es común que la gente se queje por no tener tanto sexo como quisiera y uno de los problemas más comunes en la pareja es que no tienen suficiente sexo o que uno quiere y el otro no; pero, ¿abstenerse voluntariamente del sexo aun teniendo pareja? Eso es el ayuno sexual y, sí, existe.
Aunque el ayuno sexual (o abstención voluntaria) es absolutamente normal en países de tradición islámica, la realidad es que en occidente lo vemos como algo muy raro e inusual; nuestro cerebro occidental piensa: “¿quién en su sano juicio se privaría voluntariamente de los placeres del sexo?” Pero resulta que cada vez son más las personas que lo practican y arguyen una gran cantidad de beneficios.
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¿Qué es, entonces, el ayuno sexual?
El término viene de un paralelismo con la comida. Todos sabemos que al acto de privarse voluntariamente de comida se le llama ayunar; de hecho, la palabra “desayuno” tiene ese sentido: después de haber pasado toda la noche sin comer, el des-ayuno rompe ese breve ayuno. Pues así mismo se usa para la sexualidad: privarse (no por necesidad sino por decisión propia) durante un tiempo determinado de tener relaciones sexuales.
Esto comenzó a sonar más en nuestra sociedad a partir de que la famosa modelo Miranda Kerr afirmó en 2017 que llevaba dos años practicando el ayuno sexual con su pareja Evan Spiegel. Aunque el caso particular de esta pareja se fundaba en razones de tipo moral-religioso, cada vez son más las parejas que lo hacen como un tipo de terapia sexual que, según algunos testimonios, ayuda a recobrar la “chispa” erótica.
¿Realmente tiene beneficios?
La verdad es que, entre los mismos expertos, hay opiniones encontradas respecto a qué tan beneficioso resulta el ayuno sexual en parejas con problemas sexuales. Por un lado, hay quienes afirman, como la doctora Odette Freundlich, que “estos periodos pueden mejorar la comunicación en pareja, mejorar la creatividad y el erotismo; esto porque la sensación de lo prohibido hace que se anhele lo que falta y se valore lo que se tiene”.
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Pero por otro lado, están los expertos que dicen que esto no es una verdadera solución, sobre todo cuando los problemas son más profundos (como casi todos los trastornos sexuales en parejas). Por ejemplo, el sexólogo Christian Thomas sostiene esta idea de ayunar para “acumular las ganas” va completamente en contra de la espontaneidad y que está comprobado que, sobre todo en las mujeres, esto no genera más deseo.
Así pues, como aún no existen estudios suficientes para llegar a una resolución concluyente, podemos decir, como en muchas otras cosas que tocan al sexo, que si a tí te funciona, adelante; y si no, pues ni para qué hacerlo. Eso sí, si se va a llevar a cabo una práctica de ayuno sexual, es muy importante que ambos miembros de la pareja estén de acuerdo al 100%; de otra forma, solo sería torturar al otro y no ayudaría en nada.
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