La traducción más frecuente del término inglés “bullying” suele ser “acoso”. Pero en el caso particular de ciertas conductas sexuales, si traducimos bullying sexual como acoso sexual podríamos pensar que se trata en general de conductas como manoseos indeseados por parte del jefe, comentarios con connotaciones sexuales o insistencia por parte de otra persona para tener relaciones sexuales.
Sin embargo, en este caso en particular se trata de un tipo de violencia sexual muy bien delimitada y que se ejerce generalmente entre niños y adolescentes en edad escolar; así que ojo si tienes hijos (hombres o mujeres) en edad escolar, es importante que sepas a qué se refiere el bullying sexual y qué señales podría dar tu hijo si está siendo víctima de él.
El bullying sexual es todo comportamiento humillante o violento – aunque solo sea psicológicamente – practicado entre escolares. Normalmente, este tipo de acciones empiezan como “juegos” o burlas ligeras que, si no se atajan de raíz, pueden ir escalando hasta literalmente destruir la autoestima del niño o niña y causarles serios problemas con el ejercicio de su sexualidad en un futuro.
Bien dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, al punto que algunos comentarios infantiles pueden resultar crueles ante la mirada adulta; pero cuando esa honestidad brutal infantil se ve alimentada con prejuicios sociales y/o familiares, entonces es cuando pueden realizar comentarios a compañeros rayano en el bullying, como todos los que tengan que ver con el tamaño o desarrollo de sus órganos sexuales o zonas erógenas.
Otro ejemplo son esos “jueguitos” muy frecuentes entre chicos, pero cada vez más usuales entre chicas también, en los que, sin el permiso del otro y “agarrándolo desprevenido”, le tocan de forma violenta y hasta dolorosa la zona genital, el trasero o los pechos; de hecho, si este término se hubiese acuñado antes, el clásico “calzón chino” habría sido considerado, por su puesto, un tipo de bullying sexual.
Y ya más entrados de pleno en la adolescencia (en secundaria o hasta prepa) es muy común que, por presión social o para sentirse parte de un grupo, los jóvenes sientan cierta presión por hacer cosas que quizá no quieren realmente, como besar a alguien en un juego, ver porno con los amigos o dejarse tocar; todo ante la amenaza implícita de ser rechazado(a) si no lo hace.
Siempre que te hablamos de relaciones de pareja te decimos dos cosas: observa a tu pareja y comunícate con ella. Pues con tus hijos el consejo es exactamente el mismo: obsérvalos, ve si cambian su comportamiento o si de pronto ya no quieren ir a la escuela y comunícate con ellos, hazles saber que te pueden confiar todo aquello que les gusta, inquieta o molesta.
Y si crees que esto no tiene mucho que ver con un estilo de vida Kinky, piensa que una mamá Kinky es una mamá informada y que cuida la salud sexual de sus hijos desde pequeños, así que cuídalos y…
¡Hazte Kinky!
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