Sabemos que suena extraño; es más, sabemos que probablemente te estés preguntando: ¿quién querría hacer eso? ¿Por qué? ¿No se supone que, en esta obsesión actual por el tamaño, todos quisieran tener un miembro más grande? La respuesta fácil es “sí”, pero como todo en temas de sexualidad, la realidad es más compleja de lo que parece; existen varios motivos por los que alguien se practicaría una cirugía de reducción de pene.
Para empezar, te contextualizamos: en el 2015 se reportó la primera cirugía exitosa de reducción de pene. Como era de esperarse, las reacciones tendieron a la burla y el escarnio; sin embargo, la situación de este joven no era como para reírse: este chico de apenas 17 años sufría una enfermedad que le provocaba constantes episodios de priapismo, es decir, erecciones continuas y dolorosas sin apetito sexual.
Esta condición provocó que el pene del muchacho comenzara a crecer progresivamente y causara incluso deformidades ya que no crecía tanto a lo largo como a lo ancho; de hecho, se dice que antes de la operación su pene parecía más o menos un balón de fútbol americano. Obviamente, este es un caso extremo, pero a lo que queremos llegar es a que realmente existen condiciones particulares que ameritan este tipo de cirugía.
Y bueno, aunque no sea tan común, sí existen casos como este en que, ya sea por una enfermedad o por cuestiones fisiológicas, un pene de tamaño excesivamente grande puede ser incluso incapacitante para el hombre, ¿por qué? La penetración puede ser extremadamente difícil o hasta imposible debido al dolor y malestar causado en la pareja. De hecho, hay hombres con macrofalosomía que nunca han podido completar el coito.
La cirugía consiste en hacer una incisión alrededor de la circunferencia del pene, hacer rodar la piel hacia atrás y luego extraer parte del tejido esponjoso y fibrótico de ambos lados del pene. Obviamente, en tanto es una cirugía e implica anestesia general, trae consigo algunos riesgos; sin embargo, para hombres que sufren por alguna de las condiciones que ya comentamos, las ventajas suelen superar a los riesgos.
El rango de edad de las personas que se han sometido a esta cirugía va desde el chico de 17 años del que te platicamos hoy, hasta un hombre de 52 años cuya pareja se quejaba del dolor del choque contra su cuello uterino. Como el tema cada vez es menos tabú, se espera que esta operación se realice cada vez con más frecuencia y ayude a mejorar la calidad de vida y la sexualidad de muchas parejas.
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