¡Retoma tu vida sexual después de ser madre!

Tener un hijo es una experiencia llena de emoción y satisfacciones; pero también de cambios y ajustes, desde físicos hasta emocionales. Inevitablemente, uno de los aspectos que más se ven afectados por esos cambios es la vida sexual después del parto; así que si acabas de o estás por tener un bebé, hoy te queremos dar algunos consejos para que retomes tu vida sexual sintiéndote segura y cómoda.

Muchas parejas coinciden en que, después de tener un hijo su actividad sexual disminuye o, incluso, desaparece. Como lo comenta la sexóloga Verónica Maza en su libro ¡Madres!, muchos factores influyen en esto: por un lado, el aspecto psicológico en el hombre que, de pronto, ve a su esposa ya no como una mujer sexuada sino como la madre “santa e impoluta” a la que no debe ni tocar con intenciones eróticas.

Pero en lo que se refiere a la mujer, la cosa es más complicada, pues se juntan factores tanto físicos como psicológicos: físicamente, no sabes cuánto tiempo debes esperar para tener relaciones, las hormonas están por todos lados y, a veces, el deseo sexual disminuye; por el lado psicológico, la madre piensa que debe enfocarse al 100% en su hijo y puede sentirse culpable al creer que cualquier otra cosa que le procure placer a ella está quitándole atención al niño.

Todos estos conflictos pueden solucionarse fácilmente si sigues ciertos consejos y, por supuesto, si existe buena comunicación en la pareja. Checa nuestros tips:

1. Espera hasta que te sientas cómoda

Dependiendo de si tuviste un parto natural o una cesárea, la cantidad de tiempo puede variar mucho. Con un parto natural se puede (físicamente) retomar la vida sexual muy pronto, sólo dependerá de qué tan cómoda te sientas; algunas mujeres se sienten muy incómodas con la secreción de los loquios (secreciones de sangre, placenta y moco cervicales) y a otras no les importa. Espera que te sientas segura y a que se te antoje.

En el caso de la cesárea, puede tomar más tiempo, ya que la herida puede resultar dolorosa y no puedes realizar grandes esfuerzos; sin embargo, si tienes deseos, puedes pedirle a tu pareja que te toque o hacerlo tú misma. Una vez que haya cicatrizado la herida, empieza con posiciones, como la cucharita, que no te impliquen tanto esfuerzo a ti y en las que no corras riesgo de lastimar el área sensible.

2. Ejercita tu suelo pélvico

Para recuperar la elasticidad y el tono muscular de tu vagina, es importante que realices ejercicios de Kegel una o dos veces al día. Una gran opción son las bolas chinas, con ellas, además de ejercitar tu músculo pubocoxígeo, podrás también sentir vibraciones sutiles que te ayuden a ir recuperando poco a poco la excitación y las ganas de tener encuentros eróticos.

3. Mastúrbate 

No hay mejor forma de recuperar las ganas y de perder el miedo que experimentando tú misma. La masturbación te permitirá ir tanteando el terreno: qué te duele, qué no, qué te resulta placentero y hasta dónde. Obviamente, esto se lo podrás transmitir a tu pareja cuando te sientas lista para hacerlo. Checa las distintas técnicas de masturbación que puedes probar, te aseguramos que sentirás muchísimo placer.

4. No todo es penetración

Con tu pareja, recuerden que la sexualidad no es igual a penetración. Si aún no te sientes lista para ella, pídele a tu pareja que prueben otras cosas: caricias eróticas, tickling, masajes eróticos, sexo oral y masturbación. Todo esto contribuirá a aumentar el deseo en ambos y los preparará para cuando quieras pasar a la penetración; además, reforzarán la intimidad y la comunicación.

5. Aprovechen los tiempos de siesta de su bebé

Otro gran problema para retomar la actividad sexual después del parto es encontrar el tiempo para hacerlo; aprovechen los tiempos en que su bebé duerme (que los primeros meses serán muchos) para bañarse juntos, por ejemplo; si te sientes muy cansada, solo déjate consentir, que te haga un masaje, que te dé besitos por todo el cuerpo y que te acaricie… ¡eso también es sexualidad y te hará sentir amada!

Como verás, lo principal aquí es entender dos cosas: uno, que debes sentirte cómoda con lo que hagas; y dos, que no necesita haber penetración para que retomen su vida sexual: se trata de recuperar la intimidad y el erotismo, no de ponerse a tener sexo todos los días a todas horas. Si tienes esto en cuenta, verás que te será más fácil y placentero regresar al camino Kinky de la sensualidad y el placer.

¡Hazte Kinky!

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