Sexo con muñecos: opiniones y consejos

Si bien los juguetes sexuales que representan partes del cuerpo humano (un pene-dildo, un masturbador con forma de vagina, etc.) son cada vez más aceptados y menos estigmatizados, no pasa lo mismo con los muñecos y robots sexuales de cuerpo completo que imitan -a veces con resultados sorprendentes- a un ser humano; de hecho, estos muñecos han suscitado debates muy controvertidos en los que defensores y detractores esgrimen argumentos éticos, legales, tecnológicos y médicos.

Por ejemplo, en 2007, el roboticista David Levy afirmó que para 2050 será perfectamente normal que mujeres y hombres experimenten el amor y el sexo con robots. En 2015, el futurólogo Ian Pearson fue aún más allá y predijo que para el 2050, las mujeres y los hombres tendrán más sexo con robots que con sus parejas. Por supuesto, podemos cuestionar estas arriesgadas predicciones, pero de lo que no hay duda es de que la tecnología ha modificado (y seguirá haciéndolo) la forma en que nos relacionamos y en que vivimos nuestra sexualidad. 

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En Let’s Kinky ni juzgamos ni etiquetamos, sino que, por el contrario, respetamos cualquier práctica sexual que sea sana, consensuada y placentera; por eso, el día de hoy te queremos hablar del sexo con muñecas, muñecos o robots sexuales. Si es algo que te llama la atención o te gustaría probar, aquí te daremos algunos datos, consejos y opiniones que recopilamos de personas que ya han usado muñecos(as), así puedes darte una idea previamente y decidir si haces el gasto o no. 

Los pros

Por supuesto, todo depende de la calidad del muñeco(a) que compres, pero aquí vamos a enfocarnos en el supuesto de un producto de alta calidad. En general, los usuarios coinciden en que los puntos a destacar son: la piel, que se siente sorprendentemente real y, obviamente, suave y sin imperfecciones (irreal, pues). Al parecer, la tecnología ha logrado también una excelente imitación del tono muscular humano por lo que ya no se siente la textura de las primeras muñecas inflables que existieron. 

Aquí viene un punto controvertido. Muchos usuarios dicen que en términos de placer, muchas veces son más placenteras las sensaciones con el robot que con una persona real (!!!). ¿Por qué? Pues porque el robot está minuciosamente diseñado con el único objetivo de que sus genitales le generen placer al usuario, y nosotros como humanos no solo estamos diseñados para dar placer, sino también para recibir y para muchas otras cosas.

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Los contras 

Como te podrás imaginar, los contras tienen que ver primordialmente con la cuestión de la interacción. Es lógico, aunque la imitación sea increíble y PAREZCA una persona real, ¡no es una persona real! Por lo tanto, te pierdes de todo lo que la interacción humana implica: el calor del cuerpo, la respiración, los gemidos, los movimientos del cuerpo del otro, sus expresiones faciales, etc. Y ahí sí, creemos que ninguna máquina podrá superar nunca esas cosas que solo están cuando estás con alguien más. 

Nuestro consejo

Si quieres experimentar con estos artefactos, adelante, no hay nada malo per se cuando se trata de explorar con la sexualidad y el placer. Sin embargo, nuestro único consejo sería: no pierdas NUNCA de vista que se trata de un juguete sexual más, así como tu dildo o tu masturbador; NO es una persona y nunca podrá sustituir el calor humano y las interacciones reales. Si tienes eso claro y lo experimentas con esa consciencia, quizá puedas disfrutarlo más y de forma más sana.

¡Hazte Kinky! 

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