Una duda que mucha gente tiene, en particular gente heterosexual o chicas que apenas se van descubriendo/aceptando como lesbianas, es cómo hacen las mujeres para tener sexo entre ellas. Esta duda proviene, por supuesto, de una educación y visión falocéntrica de la sexualidad, en la que “si no hay pene, no puede haber sexo”. Sin embargo, las lesbianas resultan tener una mucho mayor variedad de prácticas sexuales en tanto no están limitadas a la genitalización.
Y claro, una de las prácticas más famosas y disfrutadas entre la comunidad lésbica es el cunnilingus. Pero, si las parejas hetero también lo hacen, ¿por qué pareciera ser más practicado entre ellas? Por un lado, porque realmente lo hacen más las parejas del mismo sexo, y por otro lado porque aunque se trate de la misma práctica sexual, hay varias cosas que la diferencian respecto al sexo oral en parejas hetero; aquí te lo contamos.
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Según diversas encuestas al respecto, el porcentaje de mujeres que llegan al orgasmo durante un cunnilingus es considerablemente mayor en parejas lésbicas que en parejas hetero. Estamos hablando de que cuando una chica hace sexo oral, la otra chica llega al orgasmo el 85% de las ocasiones; mientras que en parejas hetero, ellas reportan llegar al clímax únicamente en el 65% de los casos.
Lo anterior responde, en gran medida, a que la mayoría de los hombres cree que sexo oral es igual a estimular únicamente el clítoris, así que van hacia ahí desde el principio y se aferran a él como si fuera lo último en el mundo. En cambio, la mayoría de las chicas entiende que el clítoris es solo la cereza del pastel y, por lo tanto, abarcan más y estimulan con su lengua toda la zona genital para ir prendiendo poco a poco a su pareja.
Esto es algo paradójico pero completamente lógico. Es muy común que mientras menos relevancia le das a algo, más fácil ocurra; mientras que cuanto más te obsesionas con lograrlo, más se escapa de tus manos. Esto aplica para muchas cosas en la vida y, por supuesto el sexo es una de ellas: lo vemos cuando la gran mayoría de las parejas ven el orgasmo como el objetivo primordial (o a veces único) de un encuentro sexual.
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Si el orgasmo es el objetivo y no se logra, la frustración es muchísima, pues es como correr un maratón para ganar una medalla y no ganarla. En cambio, las parejas lésbicas suelen concentrarse, más que en “lograr un orgasmo” a toda costa, en disfrutar y en vivir el placer de TODO el encuentro sexual; para continuar con la metáfora, corren el maratón por el mero placer de correrlo y no solo por ganar una medalla. Y, curiosamente, así ganan más medallas.
Como te podrás dar cuenta, toda la diferencia consiste, primordialmente, en el enfoque con el que se hace el sexo oral, no en la técnica o en algún movimiento mágico de la lengua. Así que si quieres mejorar tus habilidades en este ámbito, no te pongas a buscar esquemas de cómo y por dónde mover tu lengua, simplemente piensa: “el orgasmo no es el fin, el fin es el placer; y: “el sexo oral es más que solo clítoris”.
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