¿Qué es lo primero que piensas cuando escuchas “técnica del compás”? ¿El instrumento para dibujar círculos que tiene dos patitas que se abren? Bueno, pues aunque sí existe una posición sexual que hace referencia a este instrumento, hoy no hablaremos de ese tipo de compás. Si sabes un poco de música, sabrás que el compás es lo que determina el ritmo de una pieza musical, es prácticamente sinónimo de ritmo o cadencia.
A ese compás justamente se refiere la técnica del compás; así pues, este método pone énfasis en hacerte consciente del ritmo durante el sexo. Es una verdad absoluta que gran parte del éxito de un encuentro sexual tiene que ver con el hecho de que ambos logren coordinar sus movimientos, que no vaya cada quien por su lado sino que, por el contrario, encuentren una cadencia compartida y progresiva.
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Una de las quejas más comunes entre mujeres es que, una vez que ellas sienten que el orgasmo se acerca, su pareja empieza a acelerar el ritmo radicalmente y entonces ellas pierden lo que habían ganado. Efectivamente (no nos dejarás mentir), es muy común que cuando el hombre ve que su mujer se está excitando mucho, él se excite también y ante la emoción del momento, empiece a ir rapidísimo, cual taladro.
Es normal; sin embargo, si quieres mejorar tus habilidades como amante, debes tomar en cuenta lo que ella necesita y, generalmente, la mujer necesita un ritmo constante y sostenido para llegar al orgasmo. En este sentido, ellas no quieren ni que aceleres ni que disminuyas la velocidad de tus embestidas, sino que mantengas el ritmo tal como hasta el momento. Y es justamente a eso que te ayudarás el método del compás.
Si bien esto no forma parte tal cual de la técnica, queremos recordártelo pues no debes olvidar que una mujer que llega a la penetración ya muy excitada por un buen foreplay, llegará mucho más fácilmente y con más intensidad al clímax. Así que no vayas directo a encuerarla y querer penetrarla, ve trabajando su excitación con muchos besos, caricias, mordiditas, palabras, etc.
Una vez que ya se dio la penetración, deben procurar coordinar sus movimientos. Para lograrlo mejor, proponle a tu pareja un ejercicio de respiración: se trata de que inhalen y exhalen al mismo tiempo y que sincronicen sus movimientos con la respiración (un poco como en el yoga), por ejemplo, que tu embestida de cadera sea siempre con la exhalación. El movimiento puede acelerarse si se acelera la respiración, pero el punto es que siempre estén sincronizados.
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Cuando sientas que ya te estás excitando mucho, y si sientes el impulso de acelerarte, entonces comienza a contar del 1 al 4 en tu mente al ritmo de tus embestidas actuales y procura mantener ese ritmo. Contar en tu mente te ayudará, por un lado, a evitar una posible eyaculación no deseada en ese momento, y por otro lado, a hacerte consciente del ritmo que llevas para mantenerlo así.
Dado que esta técnica se basa en la constancia más que en la intensidad, para aplicarla de forma correcta no necesitas cambiar cinco veces de posición sexual, por el contrario, una vez que estén ambos fundidos en un mismo ritmo, NO cambien de posición ni de movimiento, concéntrate en ese solo movimiento y pon toda tu energía en él; eso, aunado a la cadencia sostenida la llevará a uno de sus mejores orgasmos.
¿Listo? ¡Hazte Kinky!
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