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Sandra Diamond se autodefine como modelo de internet, pero en la industria del sexo, se le denomina cam-girl. Su trabajo es considerado pornográfico y de mal gusto, pero ella lo toma como un show artístico y una de las mejores formas de ganarse la vida en su país. En el siguiente video podrás conocer los secretos de esta labor y crear tu propio criterio.
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Diamond confiesa que, al contrario de lo que podemos suponer, solo el 25% de sus clientes pide que se desnude al ritmo de canciones sensuales, o acceden exclusivamente a observar su “espectáculo” mientras se masturban. El mayor porcentaje de usuarios buscan a alguien que los escuche o tener una conversación de temas cotidianos.
Rumania ha logrado posicionarse como la capital del porn-chat gracias a que no hay regulación para las agencias que contratan a las cam-girls, pues las leyes de este país no catalogan el oficio como pornografía. El costo por chatear y mirar a una chica es de 4 dólares por minuto, si deseas que la chica te escuche, se cobran 2 dólares adicionales por minuto, e incluso, pueden recibir propinas de hasta 5 mil dólares.
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Muchas mujeres como Sandra utilizan estos trabajos, ya sea de forma abierta o secreta, para pagar sus estudios, mantener a sus familias, o realizar inversiones para generar un negocio propio. Esto es justificado, ya que el ingreso promedio en Rumania es de 500 dólares, mientras que estas cam-girls pueden tener ingresos de hasta 5 mil dólares sin contar las propinas, mismas que son íntegramente para ellas.
Sandra se encontraba fastidiada de su trabajo en oficina con una jornada de 9:00 a 17:00 horas, asistiendo de lunes a viernes. Muchas personas de su círculo hacían halagos por su apariencia física y le alentaban a ser modelo. Debido a esta situación dio un giro a su vida, y decidió convertirse en cam-girl.
¿Cambiarías tu trabajo y rutina por un mejor ingreso a cambio de ser una cam-girl?
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