La próstata es una glándula que forma parte del aparato reproductor masculino; es del tamaño aproximado de una nuez, se encuentra ubicada enfrente del recto y debajo de la vejiga. Ésta se encarga de producir un líquido que, mezclado con los espermatozoides (producidos por los testículos) y algunos otros fluidos, constituye el semen; este líquido tiene un papel fundamental en la fertilidad masculina.
Como cualquier tipo de cáncer, el de próstata es también un tumor maligno que invade y destruye tanto la próstata en sí, como los tejidos y órganos cercanos. El cáncer es uno de los padecimientos más complejos y más estudiados de la actualidad y, aunque en general se le considera una enfermedad incurable, en muchos casos (como éste) puede controlarse si es detectada a tiempo.
Como muchos tipos de cáncer, no se conoce realmente la causa de su aparición; aunque se reconocen factores que aumentan el riesgo (alcohol, tabaco, obesidad), se tiende a privilegiar el factor genético. Traducido a términos simples: no hay forma precisa de saber si te va a pasar o no. Por lo anterior, y por el lento avance de este mal, la única forma de prevenirlo es acudiendo regularmente al urólogo (1 vez al año si tienes menos de 40 años, 2 veces al año después de los 40) y realizándote chequeos cotidianos. ¿Cuáles? Los siguientes, según lo determine tu médico:
Desde el nombre, la mayoría de los varones sienten que se les suben los… nervios a la garganta y rechazan por completo la idea. Puede que no sea lo más cómodo y placentero del mundo, pero tampoco es una tragedia (Elsy Reyes te lo explica) y es necesario pues es el primer filtro, el que puede realizar tu médico en consulta sin necesidad de laboratorio o aparatos especiales.
Este es un análisis de sangre que detecta la presencia del antígeno prostático específico. Los niveles elevados de esta sustancia pueden significar cáncer de próstata, pero no es concluyente, por lo que de ahí se continúa con las pruebas siguientes.
Es una especie de ultrasonido, pero aquí la imagen es mucho más clara y nítida. Para llevarla a cabo, se coloca una sonda en el recto y se procede al vaciado de imágenes de la próstata. Aunque es un método seguro y poco incómodo, es más costoso que los anteriores y tampoco es una prueba determinante.
Esta es la única manera de confirmar el diagnóstico de cáncer de próstata; se inserta una pequeña pinza y se extrae parte del tejido, el cual se analiza después en el laboratorio.
El tratamiento dependerá siempre de la etapa o grado de avance en que se encuentre el cáncer y de las condiciones particulares del paciente; sin embargo, como sucede con el cáncer de mama, normalmente se procede a la prostatectomía radical (extracción total de la próstata) y a la posterior radiación, ya que es el método más seguro para evitar la reaparición de tumores.
Por supuesto, lo anterior se puede evitar si el tumor es detectado en una etapa muy temprana, por lo que no dejaremos de insistirte: chécate, acude al urólogo, no dejes que prejuicios sexuales o miedos heredados te impidan llevar a cabo las revisiones constantes que necesitas. La prevención en temas de salud es y siempre será la mejor inversión de tu vida.
¡Cuídate, chécate y Hazte Kinky!
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